Un indigente acusado de amenazar a otro en un poblado chabolista del Secar de la Real ha aprovechado el turno de la última palabra para desahogarse en el juicio celebrado este martes. «Yo no he amenazado a nadie, todo el mundo me quiere, todo el mundo lloró cuando me metieron preso y me callo la boca. No digo nada ya». El fiscal reclama que se le imponga una multa de 120 euros para el hombre, de 49 años y origen marroquí, por un supuesto delito de amenazas leves.
-¿Conoce los hechos por los que está aquí?- ha preguntado la jueza de lo Penal número 7 de Palma.
-No, no debo estar aquí hoy- ha respondido, resignado, el hombre.
El enjuiciado ha explicado que tenía buena relación con el denunciante. «Siempre le he llamado papá». El fiscal le ha preguntado si la madrugada del 20 de marzo del año pasado le profirió expresiones como «tengo cinco litros de gasolina y voy a pegar fuego al poblado» o «te voy a estampar la cabeza». El hombre lo ha negado rotundamente. «Es mentira. Me ha metido en la cárcel, me ha jodido los papeles, me ha jodido todo».
-¿Dónde estaba usted la noche que se incendió la chabola de Josefa?
-Dormido, borracho. Yo me fui de allí andando, tomando una copa de vino...
-¿Quién quemó la chabola?
-No lo sé.
El denunciante ha confirmado las amenazas y ha declarado que en varias ocasiones le había comentado que tenía una garrafa de gasolina y que iba a pegar fuego al asentamiento chabolista. El testigo cree que el autor del incendio en la chabola no fue el acusado, sino otro hombre.