El Sindicat Autònom de Transports de les Illes (SATI) ha acusado este miércoles de pasividad a la Conselleria de Movilidad y Vivienda, después de que una conductora del TIB haya sido agredida por segunda vez en poco más de un mes por el mismo usuario.
El sindicato ha recordado en un comunicado que, el pasado 4 de enero, un usuario «conflictivo» y reincidente bloqueó durante media hora un minibus del TIB en la estación del tren de Inca con el carrito de su hija pequeña, propinó puñetazos a la carrocería del vehículo e insultó a la conductora. Este martes, el mismo usuario amenazó y escupió en la cara a la misma conductora.
El SATI ha denunciado que se sigan permitiendo este tipo de situaciones, en las que «un usuario conflictivo puede reincidir en sus agresiones todas las veces que quiera sin que pase absolutamente nada».
Tildan de intolerable que una trabajadora tenga que aguantar insultos, amenazas, agresiones y vejaciones y que además «sea la que sufre esos hechos quien termine en urgencias con un ataque de ansiedad, mientras que el agresor puede seguir subiendo al autobús todas las veces que quiera de forma totalmente impune».
El sindicato critica que el director general de Movilidad y Transportes, Jaume Mateu, considere suficiente la mampara protectora y la cámaras en el interior del vehículo y afirma que «ni la denuncia en la Guardia Civil que esta conductora puso hace más de un mes, ni las cámaras ni la mampara protectora evitaron ayer que el mismo usuario le amenazara ni que le escupiera a la cara».
SATI considera urgente «tomar medidas valientes para evitar que tanto los trabajadores como el resto de usuarios tengan que soportar este tipo de situaciones una y otra vez, aunque esas medidas suenen impopulares».
Piden establecer protocolos ágiles para que la Conselleria de Movilidad pueda registrar rápidamente estos sucesos, y adopte medidas como la retirada de la tarjeta Intermodal o acciones legales para expulsar del servicio a los agresores reincidentes o que produzcan los casos más graves.
SATI reclama a la Conselleria que atienda su propuesta y la adopte con celeridad y que no espere «a que suceda una desgracia aún más grave para que se haga algo».