«¿Qué miras? ¿Quieres problemas? Nos echaron de nuestra casa y volveremos». Así de claros y rotundos se mostraron dos de los integrantes de un importante grupo de jóvenes okupas que fueron expulsados de la oficina bancaria de la avenida de San Fernando al encontrarse con un equipo de Ultima Hora.
A pesar de que la sucursal cuenta con vigilante de seguridad las 24 horas, sistema de alarma, puerta antiokupación y una importante presencia policial, las bandas juveniles quieren recuperar de nuevo la que fue su sede social, nido de conflictos vecinales y foco de delincuencia. En los últimos días, han intentado en repetidas ocasiones reventar las cristaleras blindadas con ladrillos, adoquines y piedras.
Ataques
«Realizan ataques selectivos y puntuales. Llegan en grupo, comienzan a golpear los cristales y antes de que el personal de seguridad pueda llamar a la policía o salga para identificarlos, se marchan», comentan los vecinos.
Este pasado fin de semana, se produjeron varios ataques. Los antiguos okupas consiguieron agujerear una de las cristaleras y dejarlo todo preparado para asaltar de nuevo el local y apoderarse del mismo. Además, no dudaron en lanzar adoquines a los balcones de los vecinos ocasionando daños en las viviendas. Los residentes tienen miedo y piden mayor presencia policial en la barriada. De hecho, tienen previsto solicitar a la propiedad del local que pongan paredes de bloques en los cristales. Guardia Civil y Policía Nacional tratan de esclarecer dos hechos violentos registrados hace unos días en Andratx y Palma cuyos presuntos autores son jóvenes que residían en la antigua oficina bancaria.
Uno de los episodios que se están investigando sucedió en Andratx. A un joven le robaron la moto y cuando fue a preguntar a un grupo de chicos que se encontraban en la zona se rieron de él. Acto seguido, uno de los integrantes de la pandilla se levantó y le clavó un cuchillo por la espalda. La víctima fue trasladada al hospital en estado grave. Por otro lado, una chica –de 17 años de edad– tuvo que ser atendida de urgencia en el hospital de Son Llàtzer, presuntamente, agredida por un colombiano que tenía fijada su residencia en la antigua sucursal.