Fredy, un bigardo colombiano de 30 años acusado de participar en un robo a un jubilado en una finca de Porreres, se durmió en el juicio que tuvo el pasado junio en la Audiencia de Palma. «No es normal que le reclamen una condena de 10 años de prisión y usted se duerma», le reprochó el presidente del tribunal, Jaime Tártalo. El joven, que llegó tarde a la vista oral, fue absuelto, pero reconoció que participó en otro asalto, el 24 de febrero de 2018, en el mismo domicilio.
Su hermano Mauricio, que le acompañó, falleció tras recibir un disparo de escopeta en el abdomen por parte del propietario de la vivienda. El caso, que será juzgado por un jurado popular, todavía está pendiente de juicio.
Fredy es un tipo despierto para otros quehaceres como delinquir. La tarde del pasado 11 de diciembre acudió junto a dos compinches, un español de 20 años y otro que no ha sido identificado, a una casa del barrio de es Rafal, en Palma. Los sospechosos iban encapuchados y armados con un punzón y un cuchillo. Tocaron la puerta diciendo que eran un vecino y una mujer les abrió. Los delincuentes la agarraron con fuerza, tapándole la boca, y la llevaron al baño a punta de punzón. Uno de ellos se quedó con la víctima en el interior del aseo.
Los otros dos asaltantes se dirigieron al dormitorio en el que se encontraba el marido de la mujer en la cama, un hombre que va en silla de ruedas. Una vez allí empezaron a rebuscar por la habitación y al no encontrar lo que buscaban pusieron un cuchillo al dueño de la vivienda en el cuello y le pidieron dinero. El perjudicado les indicó dónde lo tenía guardado y se apoderaron de 17.000 euros. Los ladrones querían más y Fredy golpeó al hombre con el mango del cuchillo en la cabeza antes de huir. La Policía Nacional se personó en el domicilio y se entrevistó con las víctimas, que reconocieron la voz de uno de los asaltantes porque es un conocido de su hija. El Grupo de Atracos detuvo al joven colombiano y a su cómplice y la jueza de Instrucción número 4 de Palma ordenó el ingreso en prisión de ambos. Fredy duerme desde el lunes entre rejas. Otra vez.