El plan parecía perfecto. Sin fisuras. Pero todo se fue al traste. Con cámaras ocultas e intercomunicadores pretendían copiar en los exámenes teóricos llevados a cabo en las aulas de la DGT en Palma para facilitar la obtención del permiso de conducir a ciudadanos que no sabían ni hablar ni escribir español. Además del empresario, también están imputados cuatro ciudadanos indios. Todos ellos fueron detenidos por la Policía Nacional en marzo de 2019. Los cinco acusados se enfrentan a penas que suman cinco años de cárcel en conjunto y a multas que ascienden a 15.000 euros por un delito de organización criminal y otro de falsificación de documento oficial en grado de tentativa.
Según el escrito de la Fiscalía, el dueño, y también profesor, de una conocida autoescuela de Palma, arrestado años atrás por hechos similares, era el encargado de facilitar las respuestas teóricas del examen de conducir que se llevaba a cabo en el edificio la de DGT ubicado en la calle Manuel Azaña de la capital balear. Para ello contaba con métodos de dispositivos tecnológicos –cámaras ocultas e intercomunicadores– y la ayuda de dos ciudadanos indios, que eran los encargados de captar a compatriotas dispuestos a pagar por obtener el aprobado en la parte teórica.
El 12 de marzo de 2019 dos de los imputados, sin tener conocimiento del idioma español, y previo pago de entre 1.500 y 2.000 euros, estaban preparados para realizar dicho examen. Pero no contaban con que agentes de la Policía Nacional iban a irrumpir en la sala para detenerles. También hicieron lo propio con otros dos indios y así como con el propietario de la autoescuela. El empresario, de 63 años, se enfrenta a 14 meses de cárcel mientras el resto de imputados a sendas penas de nueve meses.
La vista por estos hechos se celebrará en un juzgado de Vía Alemania.
El apunte
El propietario ya fue arrestado años atrás por casos parecidos
El dueño de la autoescuela ya fue arrestado en 2013 y condenado en 2015 por hechos similares. Por lo tanto, esta situación no es nada nueva para el hombre, que cuenta con 63 años de edad. En esta última ocasión, el profesor veía las preguntas del examen a través de la cámara oculta que llevaban los alumnos y después les ‘soplaba’ las respuestas a través de otro miembro de la organización.