–Esto es un atraco.
Un preso en tercer grado acudió junto con otro individuo, que no ha sido identificado, a un octavo piso situado en la avenida Gabriel Alomar i Villalonga, en Palma. Los dos iban con la cabeza cubierta por un pasamontañas, tocaron al timbre y se hicieron pasar por carteros.
Una vez dentro, amordazaron a la propietaria y a su cuidadora para robarle 4.400 euros y joyas antiguas. La dueña del piso era una mujer dependiente, de 91 años. Sólo uno de ellos fue detenido por la Policía Nacional. La Fiscalía reclama ahora una condena de cinco años de cárcel para el asaltante y que devuelva a la víctima el dinero que robó.
Los hechos que se juzgarán próximamente en Vía Alemania sucedieron la mañana del 19 de noviembre de 2021. El acusado, un venezolano de 35 años que se encuentra en situación irregular en España y que tiene una orden de expulsión del país, se dirigió a la vivienda de la mujer acompañado por un compinche.
El atracador sabía cómo era la casa porque un mes antes había intervenido como intermediario en el arrendamiento de uno de los pisos de la víctima. El contrato de alquiler se firmó en el salón del domicilio de la avenida Gabriel Alomar i Villalonga. Los asaltantes se hicieron pasar por funcionarios de Correos, según consta en el escrito del Ministerio Público, y al acceder al interior apartaron a la cuidadora de la nonagenaria de un violento empujón.
A continuación, amordazaron con cinta aislante y maniataron con bridas a ambas. A la dueña del inmueble la llevaron al dormitorio principal y la tumbaron en la cama boca abajo. Le dijeron que sabían que tenía mucho dinero y la víctima les dio la llave del cajón donde guardaba las rentas de los alquileres de los pisos que tiene en propiedad. Los delincuentes se apropiaron de 4.400 euros, joyas, un móvil y documentación. Antes de huir de la vivienda pasaron un trapo impregnado en alcohol por la cara de las víctimas.
El apunte
La Fiscalía reclama que se expulse al ladrón de España durante 10 años
La Fiscalía solicita que la pena de prisión se pueda sustituir por la expulsión de España y la prohibición de entrada durante los próximos diez años. El hombre deberá indemnizar a la víctima con 4.400 euros por el dinero que le robó, 44 por el valor del teléfono móvil sustraído y en la cantidad que se determine en el juicio por el valor de las joyas y de la documentación robada. Además tendrá que pagar 2.000 euros a la nonagenaria y a su cuidadora por los daños morales ocasionados a raíz del asalto.