Se marcharon de su piso de toda la vida, ubicado en la plaza París de Palma, porque no aguantaron el hostigamiento de su vecina de abajo. Y de momento no piensan volver. Así lo reconoció ayer durante el juicio el denunciante, un hombre de avanzada edad. «Queremos volver a casa, pero seguimos teniendo miedo de ella», relató el varón, hablando por él y su esposa.
La procesada, para quien la Fiscalía pide un año de prisión por un delito de acoso y una multa por los daños ocasionados en la puerta de los perjudicados, negó los episodios de molestias, pero sí admitió los desperfectos en la entrada de la vivienda. «No sé decir mentiras, claro que le di los golpes», admitió. Antes de la vista la acusada consignó 315 euros.
Los incidentes se remontan a enero de 2020 y se prolongaron durante meses. La acusada, de 76 años, empezó a hostigar a sus vecinos del piso de arriba, a los que acusaba de robarles dinero entrando a su casa con una llave maestra, poner la música y la calefacción alta y hasta de contaminarle el agua de la ducha. Todo ello negado por el perjudicado. «Cuando dice que pasaba todo esto nosotros no estábamos. Nos tuvimos que marchar de donde llevábamos 40 años viviendo», subrayó.
Asimismo también relató que los insultos por parte de la imputada cuando se cruzaban con ellos eran continuos y que un día llegó a escupir a su esposa. Otro residente del edificio explicó que él presenció varios episodios de acoso. El juicio quedó visto para sentencia.