La amiga de la menor supuestamente acosada y agredida por un compañero de instituto en Mallorca, que además le enviaba vídeos eróticos no solicitados y la amenazaba con difundir imágenes íntimas, ha asegurado, en su turno de declaración, que el procesado también le pidió fotos de contenido sexual a ella, ya que durante el mismo periodo de tiempo estuvo intercambiando mensajes con él, y ha reconocido que le tenía miedo. «Alternativamente estaba hablando conmigo y pasaron cosas parecidas», ha dicho la testigo ante el Tribunal, que ha señalado que él le confesó que otras chicas le enviaban fotografías. Asimismo, en relación a las supuestas coacciones a la víctima, ha apuntado que ésta le contó que «él le pedía fotos» y que los mensajes «iban con algún tipo de amenaza», aunque ha negado que viera algún episodio de violencia entre el acusado y la perjudicada. Además, preguntada por los motivos que le llevaron a no presentar una denuncia hacia el joven, la chica ha relatado que se debió a que «los hechos con él ya estaban cerrados» y no quería «recordar ni volver a verle».
Por su parte, la madre de la menor ha confirmado que su hija contó que el joven «le dijo que si no le enviaba fotos, le pasaría algo». La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha acogido este martes la primera sesión del juicio contra el chico, para quien la Fiscalía pide 15 años de cárcel por delitos de lesiones, exhibicionismo, captación de menor de 16 años para material pornográfico, elaboración de pornografía infantil y agresión sexual.
El acusado tiene 24 años, si bien en la fecha de los hechos tenía 18. Además, el Ministerio Público también pide para el varón multas, una medida de libertad vigilada por cinco años y una orden de alejamiento en favor de la víctima, al tiempo que reclama que pague una indemnización de 11.170 euros para la perjudicada.
Cabe recordar que el joven, según la fiscal, envió imágenes de sus genitales a la menor durante al menos un año, a pesar de saber que la niña tenía sólo 13 años, al tiempo que le obligó a enviar fotografías y vídeos eróticos, presuntamente mediante amenazas. Entre otras, que difundiría imágenes de carácter íntimo que ya tenía. Sobre esto, la madre de la víctima ha explicado ante el Tribunal que «vieron cosas» en relación a la actitud de la menor en el tiempo de los hechos, «como por ejemplo que no comía, se mareaba o tenía mucho dolor de cabeza», y que su tutor les advirtió que «todos los profesores decían que estaba muy despistada». «Después de esto, empezamos a atar cabos», ha continuado la testigo, que ha manifestado que su hija finalmente contó lo sucedido y lo denunciaron.
En la sesión de este martes, una amiga de la víctima ha declarado que la perjudicada le contó que empezó a hablar con el acusado por una red social y que «poco a poco la relación fue cambiando». «Escuché un audio en el que él se masturbaba y también vi conversaciones en las que le amenazaba, diciendo que si no estaba con ella le haría daño a la familia», ha continuado la testigo, que ha reafirmado que durante el tiempo de los hechos notó a la víctima «muy ausente». «Llevaba una temporada así, muy ausente y sin comer», ha insistido, aunque ha reconocido que no llegó a ver ninguna foto de carácter sexual en las conversaciones entre el acusado y la menor.
Además del envío de vídeos eróticos no solicitados y de las amenazas proferidas, la fiscal detalla en su escrito un episodio ocurrido en enero de 2017, en el instituto al que ambos acudían. Supuestamente, el acusado agarró fuertemente a la menor mientras le decía «no te haré daño, te quiero, sólo quiero estar contigo». En marzo del mismo año, presuntamente persiguió a la chica y la agarró de la cintura mientras le pedía tener «algo» con ella, a lo que respondió que no quería nada y pidió que la dejara en paz. La Fiscalía sostiene que el joven respondió con dos puñetazos, uno en la clavícula y otro en las costillas, y que se marchó abandonando a la víctima en el suelo. Sobre este hecho, amigos del procesado han asegurado que ese día pasó la tarde con ellos, excepto durante un periodo de una hora y media o dos horas, y luego salieron. A preguntas del fiscal, uno de los testigos ha señalado además que el procesado sí le comentó que hablaba con una chica --en referencia a la víctima-- «pero que no había quedado con ella». «Hablaban por el móvil», ha concretado.