La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga el robo de siete escopetas de caza en la carpintería Can Gallardó de Santa Margalida. Las armas se encontraban en el interior de un armero que fue reventado por los delincuentes. Los hechos tuvieron lugar la pasada madrugada, según explicaron ayer a Ultima Hora fuentes próximas a la investigación. El padre del propietario del establecimiento observó este martes por la mañana que los barrotes de una de las ventanas del lateral de la carpintería habían sido forzados. El hombre accedió al interior y comprobó que el armero estaba fracturado y que faltaban siete escopetas. Enseguida avisó a su hijo, que estaba de viaje, y a la Policía Local del municipio.
Los ladrones también se llevaron una furgoneta Renault Kangoo del dueño del local que estaba aparcada en las inmediaciones. Agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil se desplazaron con urgencia hasta la carpintería, situada en el número 43 de la calle Miquel Ordinas, y realizaron una inspección ocular en el establecimiento en busca de posibles huellas y pistas que les lleven hasta los asaltantes. Los agentes responsables de la investigación están intentando localizar las armas con urgencia y han emitido un aviso a todos los cuerpos policiales de Mallorca para tratar de encontrar la furgoneta.
La Policía Judicial de la Guardia Civil cree que las armas podrían encontrarse en el interior del vehículo sustraído. El propietario de la carpintería, según informaron las mismas fuentes a este periódico, es un cazador conocido entre las asociaciones de caza. Los agentes encargados de la investigación averiguaron que los delincuentes accedieron fracturando los barrotes inferiores de una de las ventanas de la carpintería Can Gallardó, que ayer se encontraba cerrada con motivo de la festividad del día de Todos los Santos.
El apunte
Aumentan los robos en una zona conocida como Espigol en Can Picafort
La Policía Local y la Guardia Civil han detectado un aumento considerable de robos en una zona conocida como Espigol, situada cerca de la costa de Can Picafort. Un edificio okupado se está convirtiendo en un foco de conflictos y los vecinos se muestran preocupados por los constantes altercados que han provocado los inquilinos ilegales en las últimas semanas. Los residentes han denunciado numerosos robos ocurridos en sus viviendas y coches que habrían sido cometidos supuestamente por estos okupas.