El testigo ya había sido bautizado en el juicio como el «medalla de oro» de los hosteleros infractores. Advirtió al tribunal que prometía decir la verdad porque «Dios no permite jurar» y más tarde dejó otro detalle cuando le preguntaron sin le interrogó el grupo de Blanqueo de Capitales. «Yo nunca he hecho blanqueo de capitales en mi vida». Luego advirtió que «yo antes era una persona agresiva». Cuando las defensas acumularon incumplimientos en su contra comenzó a protestar. «Usted está aquí para contestar». Explotó. La expulsión de un testigo en medio de un juicio es algo absolutamente extraordinario, más con un tribunal que ha demostrado una paciencia enorme.
Fiscal bailarín
El fiscal Tomás Herranz es una de las revelaciones del juicio. El testigo aseguraba que su local tenía licencia de café concierto pero que era una discoteca. Luego negó que se bailara. «En mis tiempos, en las discotecas se bailaba», zanjó. Avisó de otra cosa sobre otro testigo: «Lo que declaró en instrucción no tiene relevancia en cuanto que ha dejado de constituir prueba incriminatoria». Algo se cuece.
Declaraciones guiadas por Subirán
No podía faltar una sesión sin testigos que afirman que el ex fiscal Subirán manipuló su declaración. Ayer fueron tres de seis. Un policía aseguró que fue a defender a uno de sus compañeros, que estuvo preso y no está acusado siquiera. Lo que dijo a su favor no consta en la declaración.