La jornada de hoy del juicio del 'caso Cursach' se centrará en las luchas internas en el cuartel de San Fernando de la Policía Local de Palma. Los testigos, agentes del cuerpo, tendrán que responder sobre una supuesta represalia a un policía por denunciar una actuación de un mando del Grupo de Acción Preventiva (GAP), que es uno de los acusados. Según la acusación se le abrió un expediente porque, sostiene inicialmente la Fiscalía, se perseguía a determinados agentes y se protegía de forma sistemática a los 'sospechosos'. En la sesión de ayer continuó la oleada de agentes que se retractan de las acusaciones que constaban en sus declaraciones durante la instrucción y que acusan al fiscal Miguel Ángel Subirán de coaccionarles y amenazarles para manipular sus versiones.
El papel del jefe Mut
Joan Mut está en el banquillo por un delito de prevaricación por la apertua de un expediente a este agente. La defensa del jefe de policía, ejercida por el letrado Jaime Campaner, le interroga por el papel concreto de Mut. El testigo reponde: "El señor Mut posibilita, potencia e impulsa la apertura de mi expediente porque da como veraces ciertos hechos". El expediente se archivó pero se tomó la medida cautelar de apartarle del grupo en el que estaba.
Expediente abierto
El último testigo, policía local del GAP asegura que le abrieron un expediente a raíz de formular una queja en un 'briefing' porque un mando empleaba el coche oficial para ir a trabajar. Las defensas le interrogan por su vínculos con otros policías que colaboraron con la investigación y su relación con el fiscal Subirán.
Mención a Subirán
El testigo habla de terror en su declaración en instrucción: "El señor fiscal estaba obsesionado por Tolo Capó. Cogía la última palabra que decía y le daba su literatura. Fue muy complejo, una situación de terror, me costó mucho declarar. Cuando me preguntaba no es como aquí".
El bar de 'El Ico'
El testigo, agente de la Patrulla Verde, también ha sido interrogado sobre el Cavalli, la discoteca que el hijo de 'La Paca', 'El Ico' tenía en Gomila. Señala que había sido clausurada antes por ruidos pero que reabrió porque aseguró que había instalado un limitador. Se hizo una medición de ruido un viernes y el sábado siguiente se comprobó que excedía el límite en 20 decibelios. Se cerró ese mismo día. «Fue muy rápido y no es algo usual, pero había muchas denuncias de vecinos».
Reunión tras el precinto
El testigo estuvo en la reunión con el jefe Mut y el jefe de la Patrulla Verde, Biel Torres, tras el precinto de Don Quixote. Dice que no se intentaba cambiar el acta, que los mandos no veían clara la actuación que era «compleja». "El precinto de dos actividades grandes con un auto judicial por medio era complejo. Era normal que los jefes se interesaran«. También asegura que supieron enseguida que había un auto judicial que suspendía la orden de clausura del Don Quixote. »Coacción no percibí".
Acta a Megapark
Comienza la declaración del tercer testigo. También policía local. El fiscal le interroga por el acta de Megapark que se abrió en 2007 y por la que otros agentes han afirmado que fueron presionados por sus mandos para modificarlas y las defensas sostienen que los policías omitieron un auto judicial.
Un testigo rectifica
El segundo testigo del día está rectificando sus declaraciones durante la instrucción. «Lo hice siguiendo la guía que me daba el fiscal Subirán».
"Caos administrativo" en San Fernando
A preguntas de las defensas, el testigo habla de caos admistrativo en San Fernando. Las actas quedaban en una habitación abierta a la que mucha gente tenía acceso y desaparecían folletos o otros elementos.
"Servilismo" de la Policía Local con otro empresario
El testigo alude a un local del empresario Miguel Pascual. "Hacíamos un servilismo y un trabajo de seguridad privada para este local". Estos hechos forman parte de otra pieza aún pendiente de juicio.
Sanciones desaparecidas a Cursach y Pascual
El testigo dice que, «bastantes veces» le devolvían actas abiertas a los grupos Cursach y Pascual por publicidad dinámica. Dice que desaparecían los folletos publicitarios que acreditaban la infracción y eso obligaba a su archivo. «Solo pasaba con estos grupos». También habla de descontrol en la Policía Local y apunta a sus jefes, acusados ambos. «Me decían que por qué tenía tanto interés en denunciar la publicidad dinámica».
Enfrentamiento en el GAP
El primer testigo habla de «favoritismo» y problemas en el Grupo de Acción Preventiva de la Policía y culpa a un agente, Daniel Montesinos que está acusado. «Me hacía parar para buscar alguna bebida en los locales». También señala: "Cada vez que se informaba de una irregularidad laboral siempre estaba el 'os van a expedientar'. Nos lo decía el subinspector, Carlos Tomás".