El conductor del autocar del TIB que se ha estrellado brutalmente este miércoles por la tarde contra un edificio de la barriada palmesana de Santa Catalina ha explicado a la Policía Local de Palma que está tomando medicación, por lo que se ha quedado dormido al volante, según han informado a Ultima Hora fuentes de la investigación. En el accidente, milagrosamente, nadie ha resultado herido.
Los agentes de Tráfico del cuartel de San Fernando se han hecho cargo de la investigación y han sometido al conductor, que estaba muy afectado por lo ocurrido, a la prueba de alcohol y drogas, que ha arrojado un resultado negativo. Después le han tomado declaración para que explicara qué había sucedido para que perdiera el control de aquella manera.
Los policías han descartado que otros vehículos se hubieran visto implicados en el accidente. También se están revisando algunas cámaras de la calle Espartero, para confirmar la trayectoria que siguió el vehículo de transporte de pasajeros. En el interior del autocar del TIB viajaban 23 pasajeros, que resultaron ilesos a pesar de la violencia del impacto contra el edificio. El conductor tampoco resultó herido.
Antes de la colisión, el bus se ha subido a la acera y se ha llevado por delante una farola, que ha caído con violencia contra el suelo. «Ha habido mucha suerte de que ningún peatón fuera atropellado, porque se trata de una calle con restaurantes muy concurridas y casi siempre hay mucha gente caminado por las aceras», contó un agente del cuartel de San Fernando.
Tanto el vehículo como el edificio han sufrido daños materiales de consideración. El autocar de la línea 102 había salido de Peguera a las dos y diez minutos de la tarde, con destino a la capital balear. Los 23 pasajeros que iban en el interior han sido recolocados en la Línea 104 y han podido seguir con su trayecto, algunos de ellos con el susto en el cuerpo. Una grúa ha retirado el vehículo siniestrado y se ha recobrado la normalidad en aquella calle palmesana.