El joven acusado de descargarse miles de archivos de pornografía infantil a través de Telegram entre junio de 2020 y marzo de 2021 aceptó ayer en un juzgado de lo Penal de Palma una pena de once meses de prisión. El procesado, uruguayo de 24 años, no podrá trabajar con menores durante los próximos tres años y en ese mismo periodo estará bajo libertad vigilidad.
En su teléfono móvil y en un ordenador de su casa, ubicada en un pueblo de la Part Forana, la Policía Nacional, halló más de 6.500 archivos pedófilos. Entre el material que tenía procesado había abusos cometidos a menores, algunos de ellos de muy corta edad.
Su defensa, ejercida por la abogada Mar de la Loma, solicitó la suspensión de la pena de prisión y la Fiscalía no se opuso. Para que esto tenga efecto no podrá cometer ningún tipo de delito durante los tres próximos años. La jueza dictó sentencia ‘in voce'.