El pasado 19 de abril, sobre las 19.00 horas, robaron una furgoneta en Muro. Ahí empezaría la frenética actividad delictiva de dos ladrones, de nacionalidad española, para los que el Ministerio Fiscal solicita sendas penas de 18 años de prisión por tres robos con intimidación consumados y uno en grado de tentativa. Entre la sustracción del vehículo y los cuatro violentos asaltos que se le imputan –dos en Santa Maria, uno en Llubí y otro en Palma– pasaron menos de 24 horas. Ambos fueron arrestados por agentes de la Guardia Civil y desde entonces permanecen en la cárcel de Palma.
Según el escrito de la Fiscalía, horas después del robo de la furgoneta, concretamente entre las 9.20 y las 9.30 del 30 de abril, ambos acudieron a un estanco de Llubí y, con la cara cubierta para no ser reconocidos, se dirigieron con un cuchillo en la mano a por la dependienta, exigiéndole el dinero de la caja. La mujer se negó y los delincuentes intentaron abrirla ellos con el arma blanca. En ese momento entró un vecino al establecimiento y salieron corriendo. Apenas media hora más tarde se personaron en una farmacia de Santa Maria del Camí. También con la cara cubierta y con un cuchillo. Amenazaron a dos dependientas con una herramienta. Al no poder darles el dinero se llevaron la caja registradora, que contenía unos 300 euros, mandos del local y las llaves del domicilio del propietario. Ya por la tarde, ese mismo día, y también en Santa Maria, acudieron al estanco ubicado en la plaza Hostalets y repitieron la escena de las anteriores fechorías. Aquí también huyeron con la caja.
La espiral delictiva acabó a las 19.00 horas, esta vez en Palma. Entraron a un supermercado e intentaron llevarse la recaudación de una caja. Uno de los ladrones pudo huir, pero el otro fue retenido y posteriormente detenido. Una semana más tarde cayó su compañero. Ahora esperan en la cárcel a ser juzgados por estos hechos.