Detenidos tres jóvenes dedicados al robo sistemático de teléfonos móviles de alta gama en la playa de Magaluf. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a tres varones, un marroquí (24 años) y dos argelinos (20 y 24 años), como presuntos autores de una oleada de hurtos de teléfonos móviles que habían sustraído en la playa de Magaluf. Ambas actuaciones se produjeron en la estación Intermodal de Palma. La primera de ellas, fue el pasado 29 de agosto cuando un vigilante tenía retenido a un joven que momentos antes había intentado tocar los pechos a una mujer.
Una patrulla policial se personó en el lugar y se entrevistó con el vigilante que indicó a los agentes que, momentos antes, había sido requerido por un ciudadano que le informó que un hombre había intentado sustraer un patinete eléctrico en una zona de autobuses de la TIB, motivo por el cual se desplazó al lugar y observó al sospechoso que estaba intentando tocar los pechos a una mujer que estaba tumbada en un banco esperando el autobús. El ahora detenido, al percatarse de su presencia emprendió la huida, pero pudo ser alcanzado y retenido hasta la llegada de una patrulla. El acusado portaba encima cuatro teléfonos móviles de alta gama que no eran suyos.
Una vez realizadas las gestiones, la base del 091 informó que los teléfonos móviles habían sido sustraídos horas antes a varios turistas en la playa de Magaluf. Los policías consiguieron localizar a los propietarios de los terminales sustraídos, que se personaron en la comisaría donde le hicieron entrega de los mismos. El marroquí fue detenido como presunto autor de hurtos de los terminales, haciendo gestiones para la localización de la víctima de los presuntos abusos sexuales. Se trata de una mujer extranjera que aún no ha podido ser localizada.
La segunda intervención se produjo dos días antes. Agentes de la la Brigada Móvil de la Policía Nacional observaron a dos jóvenes que mantenían una actitud vigilante hacia las pertenencias del resto de pasajeros, quienes al percatarse de la presencia policial intentaron abandonar el lugar, siendo interceptados por los policías. Los dos chicos portaban cinco teléfonos móviles de alta gama y unos cascos inalámbricos. Los argelinos fueron incapaces de desbloquear los terminales. Además, las instrucciones aparecían en diferentes idiomas extranjeros. La base del 091 no tardó en alertar de que se trataba de terminales robados.