El suelo de los asientos traseros del coche patrulla de la Policía Nacional aún tiene restos de arena. El inspector de la policía holandesa Marcellinus Masselink y los agentes alemanes Sebastian Klinker y Roman Nico Seroczynski saben perfectamente a quién pertenece: a algún carterista detenido. Ellos han cazado in fraganti, en estas últimas semanas, a delincuentes que se rebozan como croquetas en la arena de Platja de Palma para robar a turistas.
«Este año las detenciones in fraganti han aumentado muchísimo, hay entre tres y cinco detenidos diarios», indicó ayer el jefe de la comisaría de Platja de Palma, Javier Santos, que alabó el trabajo de los compañeros de la policía alemana y holandesa: «Es un impacto visual muy grande porque los turistas están viendo a policías de su país de uniforme y patrullando en igualdad de condiciones que la Policía Nacional».
Los tres agentes han participado en el proyecto Comisarías Europeas y han realizado patrullas mixtas con la Policía Nacional desde el pasado 8 de agosto. Ayer fue su último servicio. Sebastian, policía alemán de 37 años, lamenta el comportamiento de sus compatriotas. «Aveces me daba vergüenza ver a la gente de mi país muy borracha», dice.
Roman, germano de 33 años, es la segunda vez que participa en el proyecto. «Por la noche no puedes caminar más de 10 metros sin que algún alemán te pare y nos cuente su historia». Marcellinus, a sus 60 años, es el más veterano de los tres. Este viernes por la mañana, mientras patrullaba la Seu, tres jóvenes se sorprendieron por su presencia y le pararon para hablar con él. El Jefe Superior de la Policía Nacional despidió ayer a los agentes y les entregó un diploma y obsequios. «Queríamos daros las gracias por el servicio, espero que hayáis estado a gusto y lo hayáis pasado bien. Estamos encantados de teneros aquí». Ellos también le dieron regalos a él.