Los vecinos de la calle Gabriel Alzamora, en el barrio de Son Fuster Nou, de Palma, están al límite. Desde hace unas semanas son constantes las peleas entre jóvenes, discusiones y gritos, tanto de día como de noche. El problema se ha ido agravando a medida que avanzaba el verano y de madrugada se concentran una gran cantidad de grupos para hacer botellón en las inmediaciones de un parque infantil. A la mañana siguiente, algunos de los participantes, seriamente perjudicados por la gran ingesta de alcohol, siguen tendidos en el suelo o en los bancos. Los niños no pueden utilizar la zona de juegos infantiles porque está llena de colillas, restos de cristales, comida, botellas e incluso alguna jeringuilla.
Los vecinos denuncia: «Llamamos a la Policía Local y nos dicen que tienen la centralita llena de llamadas de esta zona, pero que no tienen efectivos. Nunca más se supo de ellos. Estamos dejados de la mano de Dios», lamenta una de las afectadas.
Por si faltara poco, desde hace unos días la zona se ha convertido en un improvisado circuito de carreras de motos y de coches. Vehículos a toda velocidad poniendo en riesgo sus propias vidas y las del resto de usuarios de la vía pública. El pasado viernes, fruto de estas carreras ilegales, varios coches que estaban correctamente estacionados en la calzada sufrieron daños de consideración. «Hemos vuelto a llamar a la Policía Local y nos dicen que busquemos por internet y si encontramos al culpable, les llamemos», concluye, sorprendida esta vecina.