En las últimas semanas, se está viviendo una auténtica psicosis por los pinchazos de sumisión química en locales de ocios, verbenas y conciertos. El aumento de denuncias está generando cierta preocupación y especialmente miedo entre las chicas más jóvenes. No puede negarse que el miedo está en la calle. En Mallorca, ninguno de los casos denunciados ha tenido como consecuencia ni agresiones sexuales ni robos. Es más, los expertos confirman que para administrar la sumisión química los pinchazos deberían ser más prolongados y profundos. Es decir, que la realidad es que hablamos de gamberros, borrachos o delincuentes en potencia que lo único que buscan en sembrar el miedo.
Por ese motivo, la Policía Nacional investiga de forma exhaustiva todas las denuncias que se formalizan con el objetivo de llegar hasta el final y esclarecer la autoría de los mismos. De hecho, en Palma se practicó la primera detención en España de un menor que había simulado un falso pinchazo.
A pesar de ello, la Jefatura de Policía muestra su preocupación y quiere velar por la tranquilidad del ocio nocturno, verbenas, grandes eventos, festivales y conciertos. Un ejemplo son los conciertos del Trui Son Fusteret. En todos los actos hay presencia policial. Unidad de Drones, Grupo Operativo de Respuesta (GOR), Unidad de Prevención y Reacción (UPR), Rayos (motorizada), Grupos de Estupefacientes y Seguridad Privada. Todo ello, sumado al gran número de vigilantes, controladores y auxiliares de seguridad privada han blindado las instalaciones convirtiéndolas en un recinto seguro.
Antes del inicio de cualquier concierto, el inspector de seguridad privada coordina junto a los directores de seguridad y la promotora del evento el protocolo establecido en caso de evacuación, violencia de género o pinchazos de sumisión química. Desde el aire, un dron realiza grabaciones para detectar posibles agresiones.
Estos controles preventivos los realiza la Policía Nacional en todos las grandes concentraciones de masas. Otro ejemplo fue el partido de fútbol entre el Real Mallorca y el Real Betis. Por el momento, en la Isla, no hay que lamentar ningún incidente destacable.
«Los desvanecimientos por bajadas de tensión y lipotimias por la exposición al sol son habituales en fiestas y verbenas. Es importante no confundir los pinchazos de sumisión química con cuatro gamberros tratando de sembrar el pánico», apuntan los expertos en seguridad consultados por este diario.