Su instinto no le falló. Un agente de la Guardia Civil fuera de servicio interceptó el jueves por la tarde a un joven ladrón después de que entrase a un local de Palma y robase con violencia el patinete eléctrico de una empleada. Al funcionario le llamó la atención la actitud que tenía el chico instantes antes de cometer el delito. La Policía Nacional acabó arrestando al delincuente, de nacionalidad española y 18 años de edad.
Los hechos, según fuentes judiciales, tuvieron lugar alrededor de las 20.00 horas. El agente se encontraba paseando por la calle Miguel de los Santos Oliver de la capital balear. Mientras se aproximaba a un negocio de comida para llevar se topó con un joven en actitud sospechosa, nervioso, mirando a un lado y a otro. Decidió aminorar su marcha y se quedó mirándole sin que él lo supiera. Segundos más tarde, el malhechor accedió al local y salió de él con un patinete. Tras su estela una empleada del negocio y propietaria del vehículo de movilidad personal.
El guardia civil que presenció la escena no dudó en salir tras él y consiguió interceptarlo tras un breve forcejeo entre ambos. El agente avisó a la Policía Nacional y una patrulla se aproximó al lugar de los hechos. También una ambulancia medicalizada, ya que el joven se autolesionó dándose golpes contra el suelo y acabó en un centro médico antes de ser trasladado a los calabozos, los mismos que había abandonado poco antes. Tal y como apuntan los encargados del caso, el ladrón había sido detenido el miércoles y puesto en libertad la misma tarde en la que sustrajo el patinete.