Jorge Ignacio P.J., supuesto asesino de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas y de intentarlo con otras ocho mujeres más en el periodo de 15 meses, desde verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019, dejó por escrito en una carta que todo ha sido un accidente: «Temo que me vean como un monstruo asesino de mujeres que no soy». Esta es la misiva que el acusado entregó a la Guardia Civil en diciembre de 2019 cuando acudió al cuartel después de casi 15 días de que Marta Calvo desapareciera. Se presentó voluntariamente para asegurar que se trataba de un accidente y en ese acto dio la carta a los agentes. Precisamente esta carta se ha leído durante el juicio que se celebra desde hace cuatro semanas en la Audiencia Provincial de Valencia contra el acusado ante un jurado popular antes de su turno de palabra.
«Soy Jorge y esto es un accidente», comienza diciendo en la carta que entregó a la Guardia Civil, para seguir: «Nunca me imaginé que mi vida fuera a terminar de esta forma». En la carta, proseguía: «En la madrugada del 7 de noviembre contraté el servicio de una joven y me caía muy bien. Respeto y amo a las mujeres. Esa noche fuimos a mi casa y estuvimos unas cuantas horas de fiesta. Ella me dijo que no se sentía bien, que llevaba dos días de fiesta y paramos». «Cuando me desperté me di cuenta de que ella había fallecido. Me dejé llevar por el pánico y no supe que hacer más que querer morir junto a ella. Pensé en deshacerme del cuerpo de la chica pero como no podía sacarla yo solo, pensé en comprar una sierra para cortar sus extremidades. Eso fue lo que hice y al día siguiente, en cuanto me desperté, fui y puse las bolsas en dos contenedores de Alzira y Silla», agregaba.
Y aseguraba: «Escribo esto para dejar prueba de que mi madre no tuvo nada que ver ni supo de esto tan terrible que ocurrió. Ella llegó el 8 de noviembre por la noche de Mallorca, que es donde vive, porque ese día era mi cumpleaños, y aunque me notó preocupado, nunca supo por qué». «Es terrible para mí estar escribiendo estas palabras pero el miedo de morir en prisión no me deja vivir. Y aunque fue un accidente temo que tomen por un monstruo asesino de mujeres el cual no soy. Por eso prefiero morir y enfrentarme a la justicia divina, más no dejo de pensar en mi madre. Le pido a ella que me perdone, he sido ignorante. Espero en otra vida poder hacerla feliz, es lo más hermoso que he tenido en esta vida. Siento no habérselo demostrado. Perdón también a la madre de la chica, fue un accidente», concluía.