El fiscal ha mantenido la petición de dos años de cárcel para cada una de las dos acusadas por la muerte de la niña de La Salle. La víctima, Naia Sans, de 4 años, falleció el 29 de mayo de 2019 tras tomar un sándwich de helado de nata que contenía proteína de leche de vaca, a la que era alérgica. «Sabían que cualquier ingesta suponía un riesgo grave, la situación requería mayor diligencia», ha indicado este viernes el representante del Ministerio Público, Miguel Nuevo, en el último día del juicio.
El fiscal considera que la auxiliar de enfermería que asistió a la pequeña debería haber compartido banquillo con las dos procesadas, la encargada del comedor de los alérgicos y una monitora. Las dos trabajadoras del centro, en la primera jornada de la vista oral, se acusaron la una a la otra por lo sucedido.
Un forense ha declarado que en este trágico episodio hubo una serie de «errores que hicieron que la niña no fuera atendida adecuadamente». Según el médico, fue «un cúmulo de ignorancias, de desconocimientos, que llevaron a este desenlace». Los forenses que llevaron a cabo la autopsia de la menor, Mariona Antich y Juan Luis Poncela, señalan en su informe de conclusiones del 23 de abril de 2020 que «la ingesta de proteínas de la leche de vaca, presentes en el helado que la menor tomó en esa comida, fueron determinantes y suficientes para desencadenar el shock anafiláctico que provocó su fallecimiento».
Una agente de la Unidad Científica de la Policía Nacional que acudió al colegio el día de los hechos se entrevistó con las dos acusadas ha declarado que cada una «intentaba minimizar la parte de responsabilidad que podía tener». Otra policía ha señalado que la monitora procesada le contó que Naia terminó de comer y no quería el postre que le tocaba. Quería un helado. La empleada del centro pidió a la encargada del comedor de los alérgicos que le diera un helado para la pequeña y a continuación salieron al patio. «La cuidadora de la víctima me dijo que tras darle el sándwich de nata salió al patio con ella y empezó a encontrarse mal».
Por su parte, un policía nacional que ha testificado a través de videoconferencia ha relatado que se entrevistaron con las dos trabajadoras por separado. «Estaban muy nerviosas. La monitora le recriminó a la responsable del comedor de alérgicos que le había dicho que Naia se podía comer el helado. La segunda sollozaba y decía que no recordaba lo que le había dicho».
El agente realizó una inspección ocular en la enfermería primero, que era donde se encontraba la fallecida, y después en el comedor escolar y en la cocina. La caja del helado que le dieron a la víctima estaba en un cubo de basura y los policías la intervinieron. «En la caja ponía que las personas que eran alérgicas a la proteína de leche de vaca no podían comer ese helado».