«Se cae 30 veces desde esa altura y se mata 29 de ellas. Ha sido un auténtico milagro que esté vivo». Los bomberos, policías, guardias civiles y voluntarios de Protección Civil que han rescatado la madrugada de este sábado al hombre que cayó desde 25 metros en el mirador de Es Pontàs, en Santanyí, no salen de su asombro por el hecho de que el fotógrafo accidentado haya salvado la vida.
El hombre, identificado como Rafael C.F., de 52 años, estaba en compañía de otros dos amigos fotografiando aquel concurrido paraje, a las doce y media de la noche. La visibilidad era buena y llevaban unos frontales para iluminar el camino. Sin embargo, una piedra cedió y Rafael cayó desde 25 metros hacia las rocas del fondo. «Creemos que chocó antes con una repisa, es decir, que no fue una caída directa, porque si no es imposible que estuviera vivo. Tuvo que rebotar primero», contó a Ultima Hora esta mañana uno de los efectivos que participó en el rescate.
El hombre quedó tendido cerca del mar, con lesiones gravísimas en brazos y piernas. Los primeros policías y voluntarios de Protección Civil que llegaron junto a él intentaron calmar sus intensos dolores. Tenía un codo destrozado y el tobillo izquierdo también muy afectado. Temían, además, que hubiera sufrido lesiones medulares. Los bomberos de los parques de Sóller, Felanitx e Inca le inmovilizaron la cabeza y el tronco con un kit especial, y después, a través de un bípode de rescate con un torno eléctrico, procedieron a izarlo. Fue un operativo complejo, en mitad de la noche, que se prolongó durante dos horas.
Arriba esperaban sus dos amigos, muy preocupados por el fotógrafo herido, y una ambulancia del 061, que lo acabó de estabilizar y lo evacuó hasta el hospital de Son Espases, donde ha sido operado de urgencia. Su estado es muy grave. Sin embargo, podría haber sido peor. «Ha vuelto a nacer, ha tenido muchísima suerte», sentencian los efectivos de rescate.