La Fiscalía reclama una condena de 25 años de cárcel para el hombre que mató a su mujer a golpes con una piedra y fingió que había sido un accidente de tráfico, en una zona boscosa del Secar de la Real, en 2020. El Ministerio Público solicita que el acusado indemnice a los cuatro hijos menores de edad que tenía con la víctima con 100.000 euros para cada uno y a los padres de la fallecida con 50.000. Un tribunal popular acogerá el juicio en los próximos meses en la Audiencia.
Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 20.45 horas del 3 de noviembre, según la versión de la acusación pública. Antonio Cortés no aceptaba el final de la relación sentimental que había mantenido con Remedios Cortés y decidió quedar con ella. La pasó a recoger en un Seat Altea de color rojo en las proximidades del domicilio de los padres de esta, donde estaba residiendo, y se dirigieron a un aparcamiento situado en el polígono de Son Rossinyol.
La pareja se encontraba en el interior del vehículo cuando, de forma repentina, el hombre comenzó a golpear a la mujer por varias partes del cuerpo e incluso le llegó a clavar un destornillador. A continuación la introdujo en el maletero y se deshizo del teléfono móvil de la víctima para dificultar su localización.
Antonio Cortés, según el escrito de la Fiscalía, abandonó el parking y se dirigió con el coche al Camí de Ca na Verda. Mientras el acusado circulaba hacia allí, Remedios Cortés consiguió salir del maletero desde el interior del Seat Altea e intentó abandonarlo para salvar su vida. El hombre se dio cuenta de la víctima intentaba salir del vehículo y al tratar de impedirlo perdió el control y colisionó con unos bloques de cemento. La mujer aprovechó la ocasión para apearse del coche e iniciar una huida, pero el agresor la persiguió hasta alcanzarla. Antonio agarró a Remedios por la espalda y comenzó a golpearla contra una pared, lo que provocó que cayera al suelo.
El acusado la arrastró por el suelo y siguió golpeándole la cabeza con una piedra hasta que le ocasionó la muerte. El hombre, para evitar ser descubierto, desnudó a la víctima y tiró su cuerpo en la zona del torrente para ocultarlo. Hizo lo mismo con su documentación y sus efectos personales y abandonó el lugar. Antonio Cortés, pocas horas después de lo sucedido, llamó a la Policía Nacional y confesó que había matado a su mujer.
El apunte
«No puedo expresar con palabras el dolor que he causado»
Casi un mes después del crimen, Antonio Cortés envió una misiva desde la prisión de Palma dirigida al juzgado de Violencia sobre la Mujer: «Escribo esta carta para decir que mi mayor arrepentimiento fue hacer lo que hice. No puedo expresar con palabras el dolor que he causado. Voy a intentar reparar todo el daño que he hecho».