Podría ser perfectamente parte del argumento de una película televisiva de un sábado por la tarde. Mujer conoce a hombre casado en una red social de contactos en noviembre de 2017. Empiezan a hablar y la conversación sube de temperatura. Ella sabe que él está casado y quiere aprovecharse de la situación. Le exige dinero para no compartir con su esposa lo que han hablado y consigue que el varón le abone distintas cantidades económicas. Pero aun así decide hacer público los chats. Al final acaba imputada y condenada por una jueza.
La procesada, de nacionalidad española, reconoció su culpabilidad ante la magistrada en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania y aceptó dos años de prisión. Asimismo tendrá que devolverle al perjudicado los 1.800 euros que le ingresó tras el chantaje y además indemnizarle con 5.200 por los daños morales ocasionados. La acusada se libra de entrar en prisión siempre y cuando no delinca en tres años y abone la responsabilidad civil al denunciante, asistido por el abogado José Manuel Madroñero, en dicho plazo.
Los hechos juzgados tuvieron lugar entre el 1 de noviembre y el 1 de diciembre. Imputada y perjudicado coincidieron en Badoo. Ella con su nombre real y también con otro inventado contactó con ambos con el hombre. Tuvo conversaciones subidas de tono con él y acabó descubriendo que estaba casado. En ese momento todo cambió. La procesada, de nacionalidad española, decidió exigirle dinero a cambio de no hacer público el intercambio de mensajes que habían tenido. Y el varón cedió. Le ingresó en una cuenta corriente en apenas cuatro días 1.800 euros para zanjar el asunto. Pero no acabó ahí. La procesada haciendo uso de un seudónimo publicó en Facebook los chats sin el consentimiento de la víctima. Ahora, algo más de cuatro años después de lo ocurrido, la acusada ha sido condenada a dos años de cárcel.