La jueza de Instrucción 6, en funciones de guardia, decretó el ingreso en prisión para tres de los once detenidos en Palma por prostituir a mujeres. La cabecilla de la organización se dedicaba a captar a las víctimas en Sudamérica y después eran obligadas a ejercer la prostitución en Mallorca. Cinco de los once arrestados pasaron a disposición el pasado jueves y la magistrada envió a la cárcel a los tres principales investigados.
La Policía Nacional detuvo a seis mujeres y cinco hombres de entre 22 y 52 años y de origen boliviano, colombiano, dominicano y argentino, que supuestamente formaban un grupo dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y prostitución. Los agentes liberaron a cinco mujeres, según informó la Jefatura Superior de Policía en una nota. El grupo IV de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) empezó una investigación después de que dos de las perjudicadas se escaparan de uno de los prostíbulos y denunciaran.
Condiciones
Las víctimas vivían en sus países de origen una situación precaria y les ofrecieron falsas ofertas de trabajo como cuidadoras de hogar o camareras de piso con unas condiciones económicas muy favorables. Una vez en España, las trasladaron a Talavera de la Reina, en Toledo, donde les quitaron el pasaporte y les informaban de que habían contraído una deuda de 3.000 euros que tenían que saldar como prostitutas. Si no lo hacían las amenazaron con tomar represalias contra sus familiares.
Las víctimas, a continuación, fueron conducidas hasta Palma, donde les prohibieron salir solas del domicilio. Estaban sometidas a vigilancia y las obligaban a atender a cualquier tipo de cliente aunque no fuera de su agrado. Los pisos destinados a prostíbulos funcionaban las 24 horas todos los días de la semana. Algunas mujeres estaban hacinadas en habitaciones sin casi ventilación ni luz natural.