«Mi hermano me pidió que acompañara al acusado a arreglar una moto. Evidentemente no la arreglamos. El hombre tenía unas armas de airsoft y nos pusimos a jugar y a beber alcohol. Bebimos JB», explicaba ayer una joven, en la Sección Segunda de la Audiencia dePalma, que supuestamente sufrió abusos cuando era menor por parte de un hombre entre 2016 y 2017.
–¿Se puede decir que iba borracha?, preguntó la fiscal.
–Muchísimo.
La chica, que ahora tiene 20 años, recordó que mantuvo relaciones con el acusado, que era el marido de la hija del matrimonio que la acogió. «Consentí los actos, no fueron forzados. Llamé a mi madre y le dije que tenía 15 años y que no era tan grave». El encausado, que se enfrenta a una condena de 36 años de cárcel, negó que hubiera abusado sexualmente de la denunciante. «Nunca he estado con esta niña a solas y nunca la he tocado, nunca», dijo. El hombre que acogió a la perjudicada, yerno del investigado, declaró como testigo en el juicio.
–Si usted considera que alguna respuesta perjudica al acusado puede no contestar, le indicó el presidente del tribunal.
–Vale, embustero nunca he sido.
La fiscal le preguntó si en algún momento había tenido sospecha de que la niña que acogió había sufrido algún tipo de abuso sexual.
–¿Qué dice usted, señora?Somos pobres, pero honrados.
El juicio continúa este miércoles.