Doce horas ininterrumpidas de trabajo, sin descanso, sin contrato laboral, sin alta en la Seguridad Social y bajo unas condiciones de esclavitud. Así trabajaban los empleados ilegales de dos restaurantes de Palma y cuyo caso se ha conocido a raíz de la 'operación Parrilla', que se ha saldado con la detención de dos empresarias y una tercera encargada. La Policía Nacional tuvo conocimiento de los hechos el mes pasado, cuando una trabajadora de uno de los restaurantes explotados por la trama llamó al 091 porque no le habían pagado el sueldo estipulado. En ese momento, la mujer contó que trabajaban 12 horas al día sin parar, en unas condiciones extremas.
Así pues, el Grupo I de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras puso en marcha una investigación y se entrevistó con otros empleados. De esta forma se averiguó que las tres mujeres, de 19, 48 y 68 años y todas de origen sudamericano, se dedicaban a captar trabajadores ilegales, a los que explotaban sin piedad. Los inmigrantes sin papeles esperaban que se regularizara su situación, con un contrato laboral en condiciones, pero este paso nunca llegaba.
A una de las camareras, incluso, le facilitaron el DNI de otra mujer porque se parecía mucho a ella y le dijeron que lo enseñara si la policía realizaba una inspección. Las dos dueñas y la encargadas han sido arrestadas por los delitos de falsedad documental, amenazas y derecho contra los trabajadores.