El caso de presunto abuso sexual en la edición de 2017 del programa Gran Hermano llega a juicio este martes para dilucidar si José María L.P. abusó de su compañera Carlota y por tanto podría ser condenado a dos años y medio de cárcel, y si la productora Zeppeling tiene que indemnizar a la joven por mostrarle luego imágenes. El Juzgado de lo Penal número 18 de Madrid inicia este martes el juicio al concursante, para el que la Fiscalía pide -además de la pena de cárcel- que indemnice con 6.000 euros a la víctima. Para la productora del programa, Zeppeling el Ministerio Fiscal solicita esa misma cantidad por los daños ocasionados a la joven al exhibirle las imágenes unas horas después en el mismo «reality».
En su escrito de acusación la Fiscalía recuerda que el objeto del programa era la retransmisión durante 24 horas de la convivencia de los participantes en la casa de Guadalix de la Sierra (Madrid), conforme a un reglamento «del que se deduce una relación de trabajo de los concursantes con la productora». Añade que los hechos comenzaron a las ocho de la tarde del 3 de noviembre de 2017 con ocasión de una fiesta en la casa para la que «el programa suministró a los concursantes bebidas alcohólicas».
El fiscal explica que en la vivienda se encontraba también la concursante Carlota P.A., con quien el acusado había comenzado una relación sentimental unos cincuenta días antes. Relata que la joven, que en la fiesta había ingerido escasos alimentos, bebió al menos cuatro «chupitos» de tequila, «por lo que alcanzó un estado de embriaguez que fue acentuándose y evidenciándose a partir de la media noche». Así, sobre la una y media de la madrugada, cuando ambos se encontraban en el dormitorio que ocupaban, José María L.P., «que ya se había desprendido de sus pantalones, ayudó a la otra concursante a descalzarse y a introducirse en la cama que venían compartiendo, momento en el que la joven conservaba la totalidad de su vestimenta», afirma la Fiscalía.
Agrega que el acusado «se introdujo en la cama mientras la joven permanecía en silencio y con los ojos cerrados realizando movimientos lentos y pesados debido a su estado» y aprovechándose de esta circunstancia, «a sabiendas de su estado de semiinconsciencia, comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de claro contenido sexual pese a que ella balbuceando débilmente dijo: No puedo». «A continuación el acusado apretó su cuerpo contra el de la joven pese a que ella hasta en dos ocasiones levantó la mano como queriendo decirle que parara» y aunque José María L.P. pidió varias veces a la concursante que abriera los ojos esta permaneció inmóvil» y «solo acertó a responder que se quitara, momento en el que ella se giró quedando de espaldas al acusado».
La Fiscalía pone de manifiesto que José María L.P. continuó realizando bajo el edredón tocamientos y movimientos de contenido netamente sexual, «despojando a la víctima de su vestimenta, liberándole parcialmente de su ropa interior», cuando ella estaba ya «en estado de inconsciencia». Sobre las dos menos veinte de la madrugada la joven se destapó la cara y un brazo «dejando ver su estado inerte, lo que motivó la intervención de uno de los miembros del programa encargado del visionado de la grabación, quien hasta ese momento no estaba en condiciones de saber lo que estaba ocurriendo, dado que el acusado había utilizado el edredón para taparse él y tapar a su compañera».
Las imágenes grabadas de estos hechos fueron exhibidas a la joven en la mañana siguiente en la sala aislada denominada «confesionario» por el llamado «súper», lo que le provocó «un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos ocurridos horas antes le habían producido en ella». El juicio está previsto que se celebre este martes y el viernes en el citado juzgado.