Utilizaba un carrito de bebé para intentar ganarse la confianza de sus potenciales víctimas. Siempre elegía a personas mayores, todas ellas de más de 75 años, en zonas próximas a la calle Manacor y Pere Garau. Las abordaba en plena calle, les pedía que le invitaran a algo en cualquier bar o les ofrecía servicios sexuales y al mínimo descuido se llevaba la cartera y todo lo que portaban encima. La imputada, una mujer española de 36 años, admitió los hechos ante la jueza y aceptó seis meses de prisión, el pago de una multa de 120 e indemnizar a las víctimas en conjunto en casi 1.000 euros. La procesada se comprometió a abonar en menos de dos años la responsabilidad civil para evitar así entrar en la cárcel.
Seis hombres mayores fueron sus víctimas. Al primero de ellos lo abordó el 22 de junio de 2020 a las 22.00 horas en la calle Manacor. Se acercó a él a pedirle dinero y en un despiste del hombre le arrebató la cartera, tarjetas de crédito incluidas. En una de ellas llevaba el pin apuntado y la mujer sacó 340 euros. Con el mismo hombre se topó una semana más tarde y la reconoció. La acusada empujó al perjudicado, que se ayudaba con un bastón para caminar, y este cayó al suelo, produciéndose heridas en un brazo. Apenas unos días después volvió a la carga. En esta ocasión a una mujer. Con la excusa de pedirle un cigarro, entablaron conversación y se acabó llevando la cartera del bolso de su nueva víctima.
Durante el mes de agosto y hasta noviembre, cuando fue detenida, siguió con su plan de abordar para robar lo que portaban encima, dinero, décimos de lotería y teléfonos móviles, a personas mayores en Pere Garau y en Nuredunna. A algunas de ellas les ofrecía ir a su casa para mantener relaciones sexuales. A uno de los perjudicados, cuyo abogado Miguel Ángel Villalonga se personó como acusación particular, no se podrá acercar a menos de 500 metros en los dos próximos años. La jueza, tras el acuerdo de conformidad entre las partes, dictó sentencia ‘in voce' en el mismo acto.