El hombre acusado de aparcar en un supermercado de Palma en una plaza de minusválidos con la tarjeta de su padre fallecido se acogió este martes en el juicio a su derecho a no declarar. Tampoco hizo uso del turno para la última palabra. La Fiscalía solicita para él una pena de seis meses de prisión y el pago de una multa de 3.240 euros. Sí declaró, cumpliendo con su obligación a hacerlo, el testigo que denunció la irregularidad presuntamente cometida por el procesado. «Lo vi aparcando en una plaza de minusválidos y le dije que no tenía derecho a hacer eso ya que no tenía ninguna discapacidad», relató a preguntas de la fiscal el hombre.
Los hechos se remontan al 5 de febrero del pasado año. Ese día el procesado estacionó su vehículo en una plaza reservada para conductores con movilidad reducida en el párking exterior de un conocido supermercado situado en Palma. El testigo avisó a la policía tras mantener una discusión con el hombre en el interior del establecimiento.
Los agentes identificaron al conductor, tras una foto aportada por el declarante, e iniciaron una investigación para esclarecer lo ocurrido. Comprobaron que esa tarjeta, expedida en el mes de enero de 2015, estaba dada de baja desde abril de 2016, ya que su titular había fallecido. Un agente de la Policía Nacional confirmó a la jueza que el documento no se había entregado una vez efectuada la baja y por lo tanto pudo ser utilizado por el imputado. El juicio quedó visto para sentencia.