Una conductora ebria que mató a un motorista en Palma ha explicado ante un jurado popular en la Audiencia de Palma que no fue consciente: «Si me hubiera dado cuenta hubiera parado y llamado a la ambulancia». La mujer ha explicado este lunes que bebió tres cervezas con una amiga en un bar de s'Escorxador y que no recuerda nada del accidente mortal. «Me han contado que embestí a un motorista enfrente de la gasolinera», ha dicho. Los únicos recuerdos que tiene de aquella noche es que sintió un golpe con unas barreras para aparcar bicicletas y verse «atravesada» por agentes de la Policía Local. La mujer ha respondido a las preguntas de la fiscal y de su abogado y se ha acogido a su derecho de no declarar ante la letrada de la acusación particular.
Los hechos ocurrieron sobre las 00.08 horas del 16 de febrero de 2019. La acusada, de 29 años, circulaba en un Opel Astra bajo los efectos del alcohol por la calle Alfonso el Magnánimo de Palma en dirección a la carretera de Sóller. Al llegar a la confluencia con la calle San Vicente de Paúl y Carles Riba realizó un cambio de dirección a la izquierda a pesar de estar prohibida la maniobra. La mujer se saltó un semáforo que sólo permitía la continuación por la misma vía y en sentido a la carretera de Sóller, además de una línea continua, y ocupó el carril contrario a la circulación embistiendo al motorista. La víctima, de 40 años, que circulaba correctamente por la calle San Vicente de Paúl, sufrió un traumatismo craneoencefálico grave y fracturas óseas múltiples.
La acusada detuvo su vehículo, pero reinició la marcha y dejó al motorista inconsciente en el suelo. La fiscal señala en su escrito que tampoco pidió ayuda ni llamó a los servicios de emergencias para que asistieran al herido. La mujer continuó circulando hasta llegar a la calle Miguel Arcas, donde realizó un giro brusco a la izquierda con la intención de seguir por la calle Josep Pons i Frau, por lo que perdió el control del coche y colisionó con unas barreras para aparcar bicicletas. La Policía Local de Palma se desplazó hasta el lugar del accidente y realizó las pruebas de alcohol a la conductora, que arrojó un resultado positivo de 0,66 mg de alcohol por litro de aire espirado. El estado de embriaguez, según el escrito del Ministerio Público, era evidente. «Andaba de modo vacilante, tenía el rostro congestionado, olía al alcohol y sus ojos estaban enrojecidos y con las pupilas dilatadas». La víctima del accidente falleció el 19 de febrero en el hospital tras una hemorragia cerebral que derivó en una muerte encefálica.
La procesada ha ingresado desde el 4 de marzo de 2019 un total de 3.600 euros para los familiares del perjudicado. El fallecido tenía pareja, padres y dos hermanos que ya han sido indemnizados por la compañía aseguradora. La Fiscalía reclama una condena de cuatro años de cárcel para la mujer por un delito de homicidio por imprudencia grave y otro de omisión del deber de socorro. El Ministerio Público aprecia la atenuante de reparación del daño porque la acusada ha ido ingresando dinero para los familiares de la víctima desde que provocó el accidente mortal.