Cuatro de los seis detenidos por la muerte de Carlo Heuvelman, el turista holandés que fue mortalmente apaleado en la Platja de Palma, han sido acusados formalmente del crimen y serán procesados por un delito de «muerte por culpa», lo que en España equivale a un homicidio imprudente.
La fiscalía y el juez de aquel país que investigan el caso consideran, pues, que el resto de jóvenes de la pandilla que viajó a Mallorca no tiene relación directa con la muerte de Carlo, si bien estaban presentes cuando ocurrieron los hechos. A Mallorca viajaron trece jóvenes holandeses, la mayoría de ellos de familias adineradas, y alquilaron un chalet de lujo en s'Arenal.
La mitad, detenidos
Tras la paliza mortal en la Platja de Palma, todos ellos huyeron a su país y en las semanas siguientes fueron detenidos seis, por su participación directa en la brutal agresión. El último arrestado, según ha desvelado el periódico Nooedhollands Bagblad, es un joven llamado Lukas O., estudiante en el Alberdingk Thijm Collegue, en Hilversum, como la mayoría de los implicados. Los acusados tienen entre 18 y 20 años y han quedado en libertad a la espera de ser procesados. Los cuatro imputados se enfrentan a un delito de «muerte por culpa» o «asesinato sin intención», que en el código penal español equivaldría a un homicidio imprudente. Los investigadores sostienen que la pandilla no tenía intención de matar al compatriota. Al parecer, las penas por delitos violentos son menos duras en Holanda que en España, de ahí el interés de los implicados -que han contratado a prestigiosos abogados- en que el juicio se celebre en su país, tal y como finalmente ocurrirá.
La muerte a puñetazos y patadas de Carlo, que tenía 27 años y trabajaba en una empresa, causó honda conmoción en Holanda, sobre todo porque los agresores eran compatriotas suyos que lo atacaron en Mallorca sin ningún motivo ni provocación.
El apunte
El grupo de trece amigos se dedicó a pegar a otros turistas «por diversión»
El Grupo de Homicidios de la Jefatura palmesana llevó a cabo una brillante investigación sobre la paliza mortal al joven holandés y determinó que la madrugada del 14 de julio, cuando ocurrieron los hechos, los trece turistas recorrieron el Balneario 1 en busca de víctimas, tras ser expulsados de una discoteca donde habían protagonizado incidentes. Dieron palizas a otros veraneantes, alguno de los cuales quedó inconsciente por los golpes, y cuatro de ellos se ensañaron con Carlo, al que patearon en la cabeza.