El chiringuito ilegal de Cala Varques funcionó durante doce años a pesar de la infinidad de sanciones que recibió su propietario, entre ellas, una multa de 100.000 euros por parte de la Conselleria de Medi Ambient.
El dueño, que supuestamente dormía allí, se escudaba en que era su domicilio y que no perjudicaba al entorno, pero no fue suficiente para mantenerlo en pie. El bar fue desmantelado en septiembre de 2020. La Fiscalía pide ahora una condena de un año de cárcel para el hombre por un delito de desobediencia a la autoridad después de que le pidieran en numerosas ocasiones que cesara la actividad.
El fiscal sostiene en su escrito que el responsable del chiringuito, de 47 años, puso en marcha el bar en la playa de Cala Varques sin la autorización correspondiente. El hombre, de forma habitual, vendía bebidas y comidas. Una cerveza podía costar hasta 5 euros.
El 4 de marzo de 2019, la Conselleria de Medi Ambient le impuso una sanción económica de 100.000 euros y la obligación de restaurar el medio natural y dejarlo en su estado original. La resolución se le notificó el día 20 de ese mismo mes.
El acusado, a pesar de lo anterior, mantuvo el chiringuito y siguió llevando a cabo la actividad. El 17 de abril, la conselleria dictó una nueva resolución –que se le notificó el mismo día– en la que ordenaba al hombre a que cerrara la cantina advirtiéndole de las consecuencias legales. El propietario, sin embargo, se negó a desmontar el negocio a pesar de que le informaron que debía cumplir la orden. El procesado mantuvo el establecimiento como actividad al menos hasta el 16 de mayo, según la versión de la Fiscalía.
El 4 de septiembre de 2020, agentes de Medi Ambient, Policía Local y la Policía Nacional procedieron a desmantelar el polémico bar ilegal tras la autorización judicial. El Govern ha iniciado la regeneración forestal de la zona que ocupó durante doce años el chiringuito.
Informes alertaron que el bar suponía un grave riesgo para la salud pública
Las consellerias de Salut i Consum y de Administracions Públiques i Modernització alertaron que el chiringuito suponía un grave riesgo para la salud pública. La Conselleria de Medi Ambient aportó numerosa documentación al juez para que autorizara su desmantelamiento. Además, el bar, formado por una mesa y palés, estaba situado en un lugar de interés comunitario. «Hoy ponemos punto y final a 12 años de actividad irregular en la playa virgen de Cala Varques», dijo el alcalde de Manacor, Miquel Oliver, tras su cierre en 2020.