El Ajuntament de Llucmajor frenó en seco el concurso de adjudicación de un banco de vídeos promocionales al detectar posibles irregularidades por parte de la productora Somriu Produccions, investigada por la Policía Nacional.
Éric Jareño, alcalde del municipio, nada más tener constancia de los hechos, decidió entrevistarse con el funcionario que detectó las posibles irregularidades, y después de una conversación con los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que están al frente del caso, ordenó la paralización del concurso y echar atrás su adjudicación.
Fuentes municipales han confirmado a Ultima Hora que «aquí son los técnicos municipales los responsables de velar por el buen funcionamiento de la institución. En los contratos menores se solicitan tres, cuatro, o los presupuestos que hagan falta para cumplir escrupulosamente con la Ley. Los controles funcionan y una prueba de ello es que fue uno de nuestros administrativos quien detectó el error», añaden.
Desde un primer momento, el Ajuntament de Llucmajor puso a disposición de los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos toda la información y documentación relacionada al concurso público. «Máxima colaboración con la policía y transparencia», apuntan desde el Consistorio.
Todo comenzó el pasado 26 de mayo, cuando un funcionario municipal contactó con el propietario de otra productora de televisión que se había presentado a un concurso público para crear un banco de vídeos promocionales en Llucmajor. El administrativo del área de Fiestas le solicitó una serie de aclaraciones sobre el presupuesto de 5.324 euros que había recibido.
La sorpresa fue que el directivo le informó que no sabía de qué propuesta le hablaba, y solicitó al funcionario que le remitiera una copia del documento. Al recibirlo, comprobó que se trataba de una falsificación, y puso los hechos en manos de su abogado. La policía sospecha que la productora investigada pudo preparar los tres presupuestos, falsificando uno de ellos, para ganar la adjudicación.
Silencio
El presupuesto supuestamente falsificado fue remitido al Ajuntament de Llucmajor desde el correo del periodista Raül Valls, de la productora Somriu Produccions. Este periódico contactó ayer con el conocido comunicador local, que muy amablemente, declinó realizar ningún tipo de declaraciones por recomendación de su abogada.
A primera hora de la mañana de ayer, los perfiles personal y de trabajo del periodista desaparecieron de Twitter. Mientras que en otras redes se activó el modo de privacidad. La publicación de la noticia desencadenó un aluvión de reacciones en el sector de la comunicación balear y medios.