«No paro la música porque no me da la gana. Estoy en mi casa y puedo hacer lo que quiera». Así recibió un vecino de la calle Joaquín Sorolla de Palma a los agentes de la Policía Local que acudieron a su domicilio tras recibir numerosas quejas de ruido procedentes de esa vivienda.
A su llegada, el propietario de la casa negó la entrada a los agentes y les indicó, en todo chulesco y provocador, que no le daba la gana de dejarles entrar. Además, no entendía los motivos de la presencia policial o de las quejas por parte de sus vecinos porque los temas que ponía eran muy buenos.
Las primeras llamadas se produjeron a las 23.10 horas del pasado jueves. En ese momento, los policías solicitaron al dueño de la vivienda que por favor bajara la música. Al hacer caso omiso, procedieron a denunciarle por el volumen de la música. Lejos de deponer su comportamiento incívico, el hombre no cesaba de insultar a sus vecinos y de menospreciar la labor policial. Por ese motivo, se le impuso una segunda denuncia. En este caso, por no colaborar con la policía manteniendo una actitud de hostilidad.
Cuando los policías bajaron a la calle, el vecino salió al balcón de su casa y comenzó a gritar: «maricones de mierda. No voy a bajar la música» subiendo aún más el volumen de la música y no dejando descansar al resto del vecindario.
Los funcionarios policiales volvieron a subir a la quinta planta del edificio en cuestión y redactaron una tercera denuncia. El comportamiento incívico de este español, de 44 años, no cesó y 45 minutos más tarde la sala del 092 volvió a requerir la presencia de una patrulla policial en el lugar de nuevo. Tras imponer una cuarta denuncia, el vecino siguió molestando a los vecinos con ruidos y música. «Cuando le lleguen las multas ya nos reiremos nosotros», comentan los vecinos.