Continúa la búsqueda de Tomás Gimeno y su hija Anna, desaparecidos desde el pasado 27 de abril en Tenerife. Ahora, la Guardia Civil se plantea una nueva línea de investigación: los agentes creen que Tomás podría haber lanzado el móvil al mar y haber continuado navegando.
En las últimas horas, el buque Ángeles Alvariño ha centrado sus labores de rastreo en un área situada frente a Las Caletillas y Barranco Hondo, siguiendo el rastro que dejó el teléfono hasta que perdió definitivamente la conexión ya en la madrugada del 28 de abril.
Tal y como detalla la revista ¡Hola! «la embarcación ya ha ampliado su área de búsqueda y se ha alejado seis millas (unos 9,5 kilómetros) de la costa». Ahora, la clave en la búsqueda son las corrientes marinas.
Registro en el hogar
Agentes de la Guardia Civil practicaron el jueves pasado un sexto registro en el domicilio de Tomás Gimeno, en Igueste de Candelaria (Tenerife), en busca de sedantes o calmantes que pudiera haber administrado a sus hijas, sin que hallaran rastro de los mismos, han informado a Efe fuentes cercanas al caso.
Este nuevo registro forma parte de las diligencias pendientes de la reconstrucción de las horas anteriores al momento en el que presuntamente Tomás Gimeno acabó en esta casa con la vida de sus hijas. Olivia, la mayor, fue hallada sin vida en el fondo del mar 40 días después de los hechos.
En este caso concreto, para comprobar si las pudo haber intoxicado, un extremo pendiente de confirmar por los resultados definitivos de la autopsia realizada al cadáver de la niña. Según el informe preliminar, la causa de su fallecimiento fue un edema pulmonar agudo.
La vivienda de Tomás Gimeno ha sido objeto de diversos registros, en varios de los cuales intervinieron dos perros adiestrados para la detección de restos biológicos, sin que hallaran pruebas concluyente.