Condena pionera contra okupas de Mallorca. La jueza Francisca Ramis, del Juzgado de lo Penal 4 de Palma, ha condenado por grupo criminal y extorsión a la banda que se instaló en un lujoso edificio de la calle Emili Darder, de la capital balear, en mayo de 2019. La vivienda estaba a punto de ser entregada a los compradores cuando cuatro personas, tres hombres y una mujer, se instalaron en ella y exigieron 8.000 euros al promotor para salir. En total, las penas para los procesados suman once años de prisión. Es la primera vez que un grupo de okupas es juzgado por pertenencia a grupo criminal.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Ultima Hora, considera probado que el 6 de mayo de 2019 los cuatro acusados –José G. B. (cabecilla del grupo), Carlos Félix P. F., Tamara J. M. y Rafael B. M.– forzaron el bombín de la puerta principal del edificio del número 23 de Emili Darder, de Palma, para okuparlo. Se trataba de una lujosa finca de cuatro plantas que estaba a punto de ser acabada y entregada a sus propietarios, algunos de los cuales incluso habían adelantado el 30 % de la transacción.
Ocuparon los pisos
Los cuatro intrusos accedieron a los pisos y fueron ocupando cada uno de ellos: en uno había ropa tendida; en otro, habían instalado un colchón y dos perros se paseaban por el interior... En cuanto el promotor descubrió lo ocurrido acudió a la finca y tras una discusión les ofreció primero 500 y después 1.000 euros a cada uno por marcharse. Los okupas se negaron y le advirtieron que le «montarían un pollo» y llamarían a la prensa.
El promotor, desesperado porque debía entregar los pisos a los compradores, contrató a investigadores privados de Detectives Cabanach «para encontrar una salida rápida a la situación». Al final, el afectado tuvo que pagarles 8.000 euros para que salieran del edificio. «Yo soy un simple promotor que he arrancado de cero. He trabajado en Emaya, he sido albañil... esta gente me hubiese arruinado si hubiese okupado el edificio. Me parecía desmesurado pagarles 8.000 euros, pero me dijeron que de allí no se movían. La ruina hubiese sido de 800.000», añadió el promotor.
La semana pasada se celebró el juicio y el promotor, representado por el abogado Carlos Barceló, explicó que, si no hubiera pagado, habría sido su ruina. Ahora, la sentencia condena al cabecilla a tres años de cárcel por extorsión y 9 meses de prisión por grupo criminal. Para los otros acusados las penas son de dos años por extorsión y seis meses por organización criminal. Es una sentencia pionera en la Isla.