Detenido un mendigo acusado de prender fuego intencionadamente a varias chabolas del asentamiento de indigentes de la calle Eusebio Estada de Palma.
El pasado viernes, agentes del Grupo de Atracos de la Policía Nacional procedieron a la detención de un español, de 50 años y con antecedentes penales, como presunto autor de un delito de incendio con riesgo para las personas. Los hechos delictivos se remontan al pasado día 22 de octubre del año pasado.
El ahora detenido, tras mantener una fuerte discusión por un motivo banal, cogió una garrafa de gasolina y provocó un incendio afectando a varias chabolas, una marquesina, contenedores y parte del techo de un aparcamiento ubicado en el aparcamiento de la antigua estación de autobuses donde dormían varias personas.
La Policía Nacional llevó a cabo una investigación con la realización de gestiones y declaraciones testificales, averiguando que el supuesto autor del incendio era un hombre que había arrojado gasolina a uno de los colchones prendiéndole fuego, quemando enseres personales de una persona que en ese momento se encontraba durmiendo en el lugar.
El fuego se propagó con suma rapidez y afectó al mobiliario urbano, ornamentación de espacios públicos y el techo de un aparcamiento. Los daños ocasionados fueron valorados en más de 20.000 euros.
Los agentes responsables del caso lograron identificar al presunto autor, comprobando que tenía numerosos antecedentes y que además le constaba una requisitoria de un juzgado de Palma que interesaba su localización y detención. Finalmente, el pasado viernes fue localizado en Montuïri, procediendo a su detención como presunto autor de un delito de incendio con riesgo para las personas y por reclamación judicial. El arresto fue complicado porque se trata de una persona que también vive en la indigencia.
Nada más producirse el intento de homicidio, el mendigo se dio a la fuga. Desde un primer momento, la policía tenía constancia de su identidad y lo estaba buscando. Al no utilizar móvil, ni tarjetas y no disponer de domicilio fijo su localización fue más complicada.
Hace unos días, los investigadores descubrieron que un español, de etnia gitana, le había facilitado la fuga y estaba viviendo y trabajando en una finca de Montuïri, lugar donde trataba de pasar totalmente desapercibido para no ser localizado.
El prófugo vivía en una caravana en el campo
No tenía móvil, no utilizaba tarjetas de crédito y siempre cobraba y pagaba en metálico. Vivía en una caravana, junto a un amigo, que la tenían instalada en una finca en Montuïri. Finalmente, los agentes del Grupo de Atracos de la Policía Nacional lograron localizar al acusado y proceder a su detención. Se trata de una persona que, consciente de los hechos que había cometido, trataba de eludir la detención.