Fue descubierto el 5 de febrero de 2020. Ese día estacionó su vehículo en una plaza reservada para conductores con movilidad reducida en el parking exterior de un conocido supermercado situado en Palma. Utilizó, según la Fiscalía, la tarjeta de su padre, que había sido dado de baja casi cuatro años antes, poco después de su fallecimiento.
El imputado, que no tiene antecedentes penales, afronta una pena de seis meses de prisión y el pago de una multa de 3.240 euros como autor de un delito de uso de documento oficial auténtico por quien no es el titular.
Testigo
El juicio está previsto que se celebre próximamente en una sala de lo Penal de Vía Alemania, en Palma. Alguien que vio al hombre estacionar su Renault Scenic en una plaza que no le correspondía, a pesar de exponer en el salpicadero del coche la tarjeta de minusválidos, avisó a la Policía Nacional. Los agentes identificaron al conductor e iniciaron una investigación para esclarecer los hechos.
Dada de baja
Descubrieron la treta y fue imputado. Comprobaron que esa tarjeta, expedida en el mes de enero de 2015, estaba dada de baja desde abril de 2016, ya que su titular había fallecido. Aun así, el procesado decidió, siempre según la versión del ministerio público, utilizarla para beneficiarse de una de las plazas de aparcamiento reservada para personas con movilidad reducida, en este caso en una de un establecimiento comercial ubicado en el polígono de Son Malferit. La picaresca ahora le puede salir muy cara.