La Policía Nacional de Palma informó de su arresto horas después de los hechos. Y junto a la nota de prensa adjuntó una foto del dispositivo utilizado, una curiosa minicámara. El intento por espiar a su vecina del primero -él residía en el tercero- le ha salido caro a un varón de 48 años nacido en Colombia.
Este jueves, tras admitir los ocurrido en un juzgado de lo Penal, aceptó un año de prisión y el pago de una multa de 720 euros por un delito contra la intimidad. Además deberá abandonar su vivienda, ya que se le impone una orden de alejamiento de la perjudicada. Tiene cinco días, a contar desde ayer, para hacerlo. Antes de la vista indemnizó a la mujer en 2.500 euros, cuestión que fue apreciada como atenuante. No entrará en la cárcel al quedar la pena suspendida por un plazo de dos años.
El suceso tuvo lugar la noche del 3 de septiembre de 2020 en Palma. El acusado disponía de una cámara de pequeñas dimensiones y descolgó el cable por la ventana para intentar ver a su vecina del primero. En un momento dado la mujer observó algo con un piloto rojo parpadeando. Tiró de él y comprobó que era un aparato que grababa. La denunciante subió al domicilio del imputado con el dispositivo en la mano y tras una breve discusión él, el hombre logró arrebatárselo de las manos y cerró la puerta. Poco después se personó la policía. Al llegar al lugar, y tras la versión de la mujer, detuvieron al varón, que confesó a los agentes lo que había hecho pero matizó que no la había grabado.