Okupas sin humanidad ni principios. Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos jóvenes por asaltar una vivienda, ubicada en la calle Erwing Hubert número 4 del Portixol (Palma) y ocupar el piso de forma totalmente ilegal mientras su propietaria permanecía ingresada en el hospital.
Los hechos sucedieron el pasado lunes, en torno a las 15.30 horas, cuando una mujer contactaba con la Policía Nacional y les informaba que la casa de su madre estaba llena de okupas y que todas las pertenencias personales de la misma estaban esparcidas por la calle.
Vivienda del IBAVI
La hija, explicó a la fuerza actuante que se trata de una vivienda de protección oficial del IBAVI y que su madre lleva viviendo allí más de 20 años y que paga «religiosamente» la mensualidad del alquiler.
Con suma rapidez, agentes de la Policía Nacional se personaron en el lugar y se entrevistaron con numerosos vecinos. Todos ellos, corroboraron la versión de la afectada e informaron a los funcionarios policiales que fue el jueves 22 de abril cuando una familia gitana llegó con una furgoneta, reventó la puerta de acceso y sacaron todos los efectos de la legítima inquilina de la casa. Con una furgoneta (que ya ha sido identificada) trajeron los efectos personales y muebles de los nuevos ‘inquilinos'.
Se da la circunstancia de que las personas que llevaban viviendo más de 20 años en esa casa padecen una discapacidad. Hecho que agrava mucho más la situación por la que están pasando las víctimas. De hecho, el encontrarse las fotografías familiares, documentos y enseres personales esparcidos por el suelo resultó un golpe anímico muy fuerte para ellos.
Los vecinos intentaron arropar a las víctimas, pero la sorpresa fue mayúscula cuando la policía les comunicó que la jueza les había dado orden de no actuar porque la propietaria llevaba más de 30 días fuera del domicilio y que no entendía justificada la causa de recuperar la casa de forma urgente.
El barrio enfureció cargando duramente contra la justicia y particularmente contra una jueza «insensible, sin humanidad y falta de sentido de la justicia».
Acto seguido, los agentes de la Policía Nacional siguieron haciendo gestiones para tratar de esclarecer los hechos e interrogaron a los okupas. En un momento dado, uno de ellos mintió descaradamente. Afirmó que llevaban allí viviendo más de un mes, hecho que los vecinos (testigos) desmintieron. Todos coincidieron en apuntar que fue el jueves día 22 (tres días antes) cuando entraron en la casa.
Las mentiras eran evidentes y los agentes no daban credibilidad a su declaración. Los ahora detenidos llegaron a decir que habían comprado la vivienda a un ecuatoriano en un bar de Son Gotleu por 1.000 euros y que todo ello había sido de palabra. Es más, un gran número de vecinos señalaron a uno de los inquilinos del edificio como la persona que da los avisos a los clanes gitanos para que ocupen los pisos del IBAVI que se quedan vacíos.
Este hecho está siendo investigado por la Policía Nacional y podría enfrentarse a un delito de organización criminal penado con hasta ocho años de cárcel. Los dos okupas fueron detenidos.