La Policía Metropolitana de Londres ha confirmado este viernes que los restos hallados en un bosque en el sur de Inglaterra son de Sarah Everard, la mujer de 33 años que fue presuntamente secuestrada y asesinada por un agente en activo de ese cuerpo policial la semana pasada.
El secuestro, que se produjo cuando Everard regresaba caminando sola a su casa del barrio londinense de Brixton, ha provocado críticas por la inseguridad que sufren las mujeres en las calles del Reino Unido.
Un colectivo conocido como «Reclaim the Streets» ('Reclamad las calles') ha programado una vigilia en protesta por ese suceso el sábado en Londres, si bien la policía la ha prohibido al considerar que viola las restricciones contra la pandemia de coronavirus, y el caso se disputará en los tribunales.
El martes fue arrestado en Kent (sur de Inglaterra) como sospechoso un agente de Scotland Yard que trabaja en la unidad destinada a proteger edificios oficiales como el Parlamento, Downing Street y embajadas diplomáticas de la capital británica.
La actuación de la policía en este caso está siendo revisada por un órgano de quejas independiente tras conocerse que ese mismo policía protagonizó un episodio de exhibicionismo en un restaurante de comida rápida tres días antes del secuestro de Everard.
El suceso ha conmocionado al Reino Unido y ha provocado reacciones políticas del primer ministro, el conservador Boris Johnson, que urgió a las fuerzas de seguridad a «trabajar rápido» para «hallar respuestas» sobre el crimen, y del jefe de la oposición, Keir Starmer.
El líder laborista ha lamentado la «violencia, intimidación y misoginia que las mujeres y niñas sufren diariamente» en el Reino Unido.