Parecían tenerlo bien planeado, pero la idea no acabó como esperaban. Iban a ir en coche. Uno de los dos se quedaría fuera vigilando y el otro accedería a la vivienda, situada en la calle Caterina Tarongí, en el barrio palmesano de sa Vileta. Todo iba según lo previsto, pero no contaban con que el nieto de la moradora vivía al lado e iba a presenciar la escena. Aun así, los ladrones consiguieron su objetivo de sustraer joyas de la casa. El testigo acabó herido tras ser agredido por uno de los acusados.
Este lunes, en una sala de lo Penal de Vía Alemania, los imputados, un cubano y un español, ambos con antecedentes, reconocieron los hechos y aceptaron una pena de prisión de dos años cada uno, tras un acuerdo de conformidad entre las partes, como autores de los delitos de robo con violencia en casa habitada y lesiones. La condena quedó suspendida.
El suceso tuvo lugar la noche del 23 de junio de 2019. Los dos acusados se pusieron de acuerdo para asaltar la vivienda. Uno de ellos se quedó fuera vigilando dentro de su vehículo, un Mercedes CLK. Su compinche accedió a la casa tras romper el marco de una puerta. Una vez dentro se apoderó de diversas joyas. Instantes antes de huir del lugar se vio sorprendido por el nieto de la moradora, que residía en la vivienda contigua. Este entró en casa de su abuela y el ladrón al ser descubierto la emprendió a golpes con él. Le mordió y le propinó patadas y puñetazos por todo el cuerpo. Tras esto, abandonó la vivienda con las joyas sustraídas y se montó en el vehículo de su compañero, que le esperaba fuera. Ambos huyeron de allí. Días después fueron detenidos por la Policía Nacional.
El agredido sufrió la fractura de la última falange del cuarto dedo de la mano izquierda además de un esguince y policontusiones y dermoabrasiones. Estuvo de baja laboral casi dos meses.
Antes de la vista los imputados consignaron la responsabilidad civil en favor del perjudicado y esto les sirvió como atenuante. Asimismo, el seguro abonó el importe de las joyas sustraídas.