La Guardia Civil está buscando a una atracadora rumana y su compinche que el martes, en s'Horta (Felanitx), asaltaron a un señor de 79 años y le arrebataron, con gran violencia, un reloj Patek Philippe valorado en 32.000 euros. La delincuente se hizo pasar por una sordomuda que recogía firmas en la calle.
Los hechos ocurrieron sobre las 13.15 horas, cuando un vecino de la zona aparcó su coche cerca de la plaza, para ir a la farmacia. De regreso al automóvil, le abordó la citada rumana, que le cogió con fuerza del brazo. A partir de ese momento, el hombre intentó desesperadamente defenderse, pero llegó el acólito de la ladrona y finalmente le arrancaron el valioso reloj.
Heridas leves
La víctima sufrió algunos cortes en la mano, de carácter leve, pero no fue necesario que fuera trasladado a un centro hospitalario. Ayer, este diario contactó con él: «Parece mentira que pasen cosas así en la plaza de s'Horta, que yo pensaba que era el lugar más tranquilo de Mallorca».
El vecino interpuso una denuncia ante la Guardia Civil de Felanitx, que ha iniciado una investigación para dar con los dos ladrones. La mujer es muy conocida por su forma de actuar. Tiene unos 40 años y suele vestir con leguins. Es muy corpulenta. Lleva entre sus manos unos folios para supuestas recogidas de firmas en favor de los sordomudos, pero todo se trata de un cuento y lo que busca, en realidad, son personas de avanzada edad con relojes de gama alta. En algunos casos, según contaron en fuentes policiales, los arrebata con auténtica maestría, tanto que la víctima no se da ni cuenta. En otros, como el caso de s'Horta, emplea una violencia extrema. Los investigadores creen que la extranjera, cuando visita distintos pueblos de Mallorca, pasea por lugares concurridos para detectar a sus víctima. Tiene una habilidad especial para descubrir relojes valiosos y una vez que ha fijado su objetivo sigue a la víctima y se abalanza sobre ella en el momento adecuado. Los agentes también han constatado casos de ancianos a los que para por la calle con la excusa de que los conoce de hace años y los abraza. Todo ocurre con tanta rapidez que cuando el señor o la señora se dan cuenta ya no tienen el reloj en la muñeca.
Luego, todo ese material sustraído es vendido en el mercado negro, a un precio muy inferior al real.