El hombre acusado de incendiar la cárcel vieja de Palma ha negado los hechos este martes en el juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia de Palma. El procesado asegura que nunca ha dormido en la vieja prisión. «Es que lo veo todo una crueldad», ha afirmado antes de explicar que discutió con su hermana y acudió a la Placeta. Allí un hombre le ofreció pernoctar en la cárcel de vieja y supuestamente se negó pero le pidió que le guardara unas bolsas.
El imputado se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel. El fuego se produjo la madrugada del 27 de enero de 2020 y provocó heridas a cuatro de los okupas que en ese momento habitaban en el recinto penitenciario abandonado de la carretera de Sóller.
El acusado, de nacionalidad española, fue arrestado dos días después de provocar las llamas. Los afectados tenían la certeza de que había sido él, y así lo hicieron saber a los investigadores, ya que en los días previos les había amenazado.
El habitáculo donde se iniciaron las llamas era una dependencia de unos nueve metros cuadrados donde uno de los perjudicados tenía fijada su ‘residencia'. Allí acumulaba colchones, ropas, metales y plásticos. Todo quedó calcinado en pocos minutos. El hombre perdió todo lo que tenía: un chándal, unas zapatillas deportivas, 60 euros en metálico, una cámara de fotos, un móvil, una tablet y un ordenador portátil. Todo ello valorado en 1.000 euros.
Los bomberos se afanaron para extinguir las llamas. En el vetusto edificio también vivían las cuatro personas que resultaron heridas, tres hombres y una mujer. Todos ellos se encontraban durmiendo en distintos puntos del recinto en el momento del siniestro. Dos de ellos acabaron hospitalizados en Son Espases por inhalación de humo y gases tóxicos, un tercero estuvo en urgencias dos horas y el cuarto fue atendido en el lugar.
El imputado está acusado de un delito de incendio con peligro para la vida e integridad física de las personas.