La Estación Intermodal de Palma se ha convertido en el refugio ideal para la celebración de fiestas, botellones masivos e incluso la práctica de actividades sexuales entre menores. A pesar de los intentos de las autoridades para poner freno a estas conductas incívicas, la situación se les ha ido de las manos.
Los adolescentes participantes, muchos de ellos fugados de centros tutelados o de internamiento, no tienen ningún reparo en colgar en internet sus hazañas subiendo a las redes sociales vídeos de sus desmanes y presumir de ello. Los chicos aprovechan los túneles de las escaleras de emergencia para reunirse y celebrar allí sus particulares botellones, algunos de ellos, con música y más de 20 participantes.
En los baños de la Intermodal, al igual que en los del aparcamiento municipal del parque Wifi, se concentran la mayoría de adolescentes fugados. Las tarifas las tienen marcadas y cualquier depravado que acude allí sabe que por 20 euros obtendrá una felación y por 40 o 50 relaciones sexuales completas. «Todo el mundo lo sabe, pero es difícil poder demostrar judicialmente que el cliente ha pagado un dinero por mantener sexo o que la niña ha cobrado por ese concepto si alguna de las dos partes no lo denuncia», apunta un integrante del equipo de seguridad consultado.
En la madrugada de este domingo, un vigilante de la estación de autobuses fue agredido por un chico de 17 años al ser sorprendido fumando porros y de botellón. Cuando el profesional le recriminó su comportamiento y le invitó a abandonar el recinto en compañía de otros cuatro menores, éste cogió un palo de madera y le asestó un fuerte golpe. Acto seguido, se marchó corriendo.
Desde el sindicato Espartanos de seguridad solicitan al Govern aumentar la plantilla de vigilantes de la Estación Intermodal. «Ha quedado demostrado con el paso de los años que un vigilante solo por turno es insuficiente para afrontar la conflictividad del recinto. También pedimos que nos den acceso al servicio de cámaras de la Intermodal para poder visualizar los problemas antes de acudir a los servicios. No es lo mismo enfrentarse a dos menores que a un grupo de 20», apunta Sebastián Oliver. Desde los sindicatos de seguridad privada agradecen el esfuerzo e implicación del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Palma. «El problema es que las bandas de menores y los fugados los tenemos las 24 horas en la estación», concluye Oliver.