El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha avalado la condena a cinco y tres años y medio de cárcel y las indemnizaciones que pagar por Fernando Blanco y Margarita Garau por estafar más de 400.000 euros en donativos en campañas solidarias para lucrarse con la enfermedad rara que sufría su hija Nadia.
En una sentencia, la sección de apelaciones de la sala civil y penal del alto tribunal catalán desestima el recurso que los progenitores de Nadia interpusieron a la actualización de su condena, que la Audiencia de Lleida efectuó en agosto de 2019, detallando las indemnizaciones que debían pagar a las víctimas de su estafa.
De hecho, el TSJC ya confirmó en mayo de 2019 la condena a los padres de Nadia, aunque anuló las indemnizaciones previstas inicialmente -que se limitaban a un grupo inversor y a dos particulares- por «falta de concreción», por lo que ordenó a la Audiencia de Lleida que redactara otra resolución individualizando a todos los perjudicados a los que había que indemnizar.
La Audiencia lo hizo en agosto de 2019, incorporando un listado con unas sesenta personas y entidades que debían ser indemnizadas, con cantidades que oscilaban entre los 13.000 y los 20 euros.
Los padres de Nadia recurrieron esta nueva resolución, que ahora ha validado el TSJC porque aunque la Audiencia no redactó nuevamente la sentencia, sino que se limitó a incorporar la lista de las personas y entidades que debían ser indemnizadas, no ve margen para tumbar una condena que ya había avalado previamente.
En la sentencia ahora ratificada de nuevo la Audiencia de Lleida concluyó que los padres de Nadia aprovecharon la enfermedad de la menor para «urdir un plan» con el que enriquecerse mediante campañas solidarias.
Los padres de Nadia salieron en varias programas de televisión entre 2010 y 2016 pidiendo ayuda para su hija y para investigar la enfermedad rara que sufría la niña, advirtiendo falsamente de que se enfrentaba a un «riesgo inminente» de muerte, según la sentencia.
La sentencia ahora ratificada destaca que Fernando Blanco llegó a afirmar «falsamente» que padecía un cáncer de páncreas y que la menor corría un «riesgo inminente de fallecer», motivo por el cual precisaba una operación urgente en Houston (Texas, EE.UU.), lo cual, según la sentencia, «tampoco era cierto».
El Tribunal, no obstante, consideró probado que Nadia sufre tricotiodistrofia, una enfermedad catalogada como rara que provoca alteraciones cutáneas, oftalmológicas y trastorno del desarrollo y del lenguaje en un contexto de inteligencia límite, aunque «sin riesgo vital inminente para la misma».
Durante el juicio, ambos acusados negaron haberse aprovechado de la enfermedad de su hija para lucrarse económicamente.