La sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) ha confirmado la condena de trece años de cárcel para el portugués Antonio Silva, que en 2019 mató a su compañero de piso en Son Gotleu clavándole unas tijeras en el cuello.
Además, la Audiencia Provincial fijó las siguientes indemnizaciones para la familia de la víctima: 100.000 euros para la viuda; 50.000 euros para cada uno de los cuatro hijos, 15.000 euros para su nieta y otros 20.000 para la hija que no dependía del padre. Todas esas cantidades han sido ahora ratificadas por la sala del TSJB, formada por los jueces Pedro Barceló, Antoni Terrasa y Felisa Vidal.
Recurso
Contra la sentencia se interpuso un recurso de apelación ya que la defensa de Antonio Silva consideraba que no pudo ser consciente de que con su acción podía causar la muerte de Elías Espinoza. Además, sostenían que el portugués «solicitó de manera inmediata a los otros moradores que avisaran a una ambulancia para auxiliar a Elías», por lo que el fallecimiento habría sido «un resultado no buscado de Antonio Silva». El TSJB, sin embargo, no comparte esta tesis y confirma la versión de los hechos de la Fiscalía y del abogado Ricard Mesquida, de la acusación particular, según la cual Antonio quería matar a Elías.
La víctima perdió casi 4 litros de sangre y el agresor tenía conocimientos militares
En la sentencia contra el homicida de Son Gotleu queda acreditado que la víctima, tras ser apuñalada en el cuello, perdió casi cuatro litros de sangre, lo que a la postre le costó la vida. Los médicos trataron de contener la hemorragia durante más de una hora, pero Elías se desangró. En el juicio contra Antonio Silva también quedó demostrado que el septuagenario tuvo, en su juventud, formación militar, por lo que sabía que apuñalando en esa parte del cuello a la víctima, y utilizando la presión que ejerció, las consecuencia serían mortales. El agresor y la víctima mantenían una mala relación y Silva, ese día, «había bebido en exceso».