La Guardia Civil de Santiago se encontró a principios de noviembre con un hecho insólito cuando, tras inmovilizar un vehículo porque su conductor dio positivo en un test de alcoholemia, el taxista que vino a recogerle para llevarle a casa también superaba el límite permitido.
Fue en la segunda semana de noviembre cuando un vecino del municipio del Boiro pasó por el control de la carretera AC-305 dirección a la ciudad de Padrón. La Guardia Civil le dio el alto y procedieron a hacerle la prueba de alcoholemia, en la cual dio positivo y fue multado e incapacitado para la conducción.
Tal y como informó La Voz de Galicia, los agentes inmovilizaron el vehículo, por lo que el conductor tuvo que llamar una taxi para volver a casa. Sin embargo, al llegar su transporte, los guardias apreciaron en el taxista síntomas de estar bajo los efectos del alcohol.
Efectivamente, el test marcó 0,46 en dos pruebas realizadas, por lo que triplicaba el límite de los conductores profesionales. Por segunda vez en poco tiempo, la Guardia Civil inmovilizó el coche y procedió a multarlo, por lo que se necesitó llamar a un tercer vehículo para transportarlos, cuyo conductor, finalmente, sí dio negativo en el test.