Una funcionaria de la cárcel de Brieva ha explicado este jueves, en el programa Ya es mediodía, cómo se encontró la celda en la que apareció Rosario Porto, condenada a 18 años de prisión por matar a su hija Asunta.
«Antes de ahorcarse guardó sus pertenencias en bolsas de plástico y dobló su ropa. Cuando entramos en la celda estaba impoluta, ordenada como nunca antes la habíamos visto», ha asegurado la testigo.
La funcionaria, además, ha explicado que Porto no se relacionaba con nadie y que su soledad se incrementó en los últimos años, ya que apenas recibía visitas. Eso sí, ha indicado que en los últimos días nadie vio en ella «una conducta extraña».
Porto utilizó una tela para suicidarse amarrándola a la ventana de su celda, donde no se ha encontrado carta ni escrito aunque había recogido todas sus pertenencias y las había metido en bolsas.
Fueron los funcionarios de vigilancia de la prisión abulense quienes encontraron el cuerpo de Rosario Porto después de que no bajara a desayunar y fuera vista con vida en la inspección de recuento que se realiza a las 8 horas. Los funcionarios volvieron a la celda y se encontraron a Rosario Porto inconsciente, por lo que practicaron maniobras de reanimación, que no dieron resultado.
Juez instructor
El juez instructor que investigó la muerte de Asunta ha reconocido que la muerte de Rosario Porto constituye un «momento triste, desagradable y muy lamentable», pero ha matizado que «no todas las víctimas son iguales».
«Llevo 23 años de ejercicio, vivir el mundo del delito es muy desagradable, hoy explico que el delito no es bueno, ni para la víctima ni para el delincuente. Es un mundo oscuro, triste en el que una vez que entras, sales marcado si es que puedes salir», ha manifestado, en declaraciones a Europa Press.
«Hay gente que es víctima de sí mismo y otros víctimas de otros, las de otros no se les dio nunca una oportunidad», ha sentenciado.